Bimba Bosé, modelo, actriz y cantante, ha muerto a los 41 años después de nacer con el bonito nombre de Eleonora Salvatore en Roma. Su aspecto, masculino, tatuado, desafiante y, a la vez, guasón y festivo fue una de las imágenes de la cultura popular en España en una época no muy lejana.
Para contar a Bimba hay que explicar primero su genealogía: no es cualquier cosa nacer como nieta de Luis Miguel Gonzalez Lucas Dominguín y de la actriz Lucia Bosé, como sobrina de Miguel Bosé y de Paola Dominguín. Podríamos jugar a definir el aire de familia que los une a todos, esa mezcla de refinamiento exquisito y alegre exhibicionismo. Tan clásicos y tan modernos, envidiablemente italianos y, después, frescos chulapillos.
Pero ésa es sólo una parte de su vida. Hace 20 años, antes de despuntar como modelo, Bimba Bosé trabajaba en una discográfica de techno. No era un interés superficial: en el mundo de la música electrónica, que en aquella época, era mucho más pequeño que ahora, era fácil encontrarse con ella en aventuras más o menos inciertas, siempre idealistas.
El camino de las raves a las pasarelas es un poco confuso pero cualquiera lo puede intuir. En 2002, llegó el momento de salir del subsuelo. Ese año, David Delfín presentó ese año con la colección Cour des miracles , en la que Bosé eras la… digamos que musa, a pesar de lo gastada que se ha quedado la palabra. En Cour des miracles había imágenes surrealistas y un poco de terror gótico convertido en pop; no se sabía si era un cuento de fantasmas o una broma. Y allí, la siueta de Bimba Bosé, con su pelo corto y su aire de fiesta desquiciada, era perfecta.
Llegó entonces la espuma de los días. La música. Los Cabriolets, el grupo de techno pop que puso a girar con Diego Postigo; no era nada que hubiera que tomar muy en serio, pero tenía su encanto. La canción aquella, Como un lobo, que grabó con su tío Miguel para un disco de autohomenaje. Estaba impresionante en aquel vídeo. Su papel en El cine. El cónsul de Sodoma, cuando acompañaba por las malas calles a Jaime Gil de Biedma. La maternidad. El libro sobre la maternidad, que en algún momento amagaba con ser una memoria personal…
Ocurre siempre con los modelos que han trascendido a su oficio y se han convertido en imagen de su tiempo. Sus obituarios aparecen en las secciones de Cultura de los periódicos y alguien pregunta por qué. Y tendrá su parte de razón, pero también es verdad que aquellas imágenes de Bimba en su plenitud son tan evocadoras como un cuento de hadas y fantasmas.
Texto vía EL MUNDO