Venas de la frente hinchadas, sudoración, palpitaciones y ganas de tirar el escritorio por la ventana. Si estás trabajando en pleno mes de Agosto estas sensaciones no son extrañas para ti. Pero tranquilo, quien ríe último ríe mejor (o eso queremos creer). Las vacaciones en septiembre son una oportunidad única para descubrir ciudades como Marrakech. Un lugar donde el sol, la exclusividad, el exotismo y el descanso, están asegurados y que se disfrutan mucho más sin el bullicio del mes del turismo por excelencia.
Quién conoce Marruecos sabe la magia que transmite su arquitectura, lo delicioso de su gastronomía y la simpatía de sus gentes. Marrakech, una de sus ciudades más internacionales, es un destino imprescindible y septiembre un mes perfecto para disfrutarla sin bullicios y con todos los lujos a mejor precio.
Aquí tienes nuestras propuestas para disfrutar de Marrakech, a cuerpo de rey.
Dónde alojarse en Marrakech
La mejor opción para descubrir lo más auténtico de esta mágica ciudad es alojarse en el corazón de La Medina, la ciudad antigua de Marrakech, que esconde, entre sus murallas, la más exótica unión entre tradición y vanguardia. Los riads, nombre que denomina a las antiguas casas nobles reconvertidas en hoteles, son la elección perfecta para tener todo tipo de comodidades sin perder ni un ápice de la esencia de la ciudad.
Entre las cientos de opciones que encontrarás buscando un riad céntrico, cómodo y exclusivo, nosotros te recomendamos el que no podemos dejar de visitar cada vez que visitamos la ciudad: La Sultana Marrakech. Un auténtico palacete árabe con paredes de oro blanco, piedras preciosas y marfil que te dejará sin aliento.
Este hotel boutique cuenta con 28 habitaciones, un spa y hammann (en el que podrás comprobar los beneficios del tradicional baño árabe) de espectacular belleza, diversas zonas de relajación y descanso, una terraza con unas exclusivas vistas de La Medina y una oferta gastronómica que te hará conocer lo mejor de Marruecos sin salir de sus paredes.
Dónde comer en Marrakech
De entre todos los restaurantes que encontrarás en la ciudad, y de los que podrán informarte en la recepción del riad, hay uno que no debes perderte por nada del mundo. Le Foundouck es, en nuestra opinión, un lugar en el que se mezclan lo mejor de las gastronomía árabe, el mejor diseño y arquitectura y, desde su terraza, las vistas más espectaculares de La Medina.
Cenar en Le Foundouck (intenta reservar tu mesa en la terraza) es toda una experiencia desde la llegada. Caminar hasta este lugar es conocer los rincones más oscuros y sucios del zoco de Marrakech. Callejuelas estrechas con muy poca iluminación que, contra todo pronóstico, resultan seguras (las denuncias de turistas en la ciudad son prácticamente inexistentes) y te permiten conocer un lado de la ciudad que muy pocos se aventuran a descubrir. Si, por precaución, decides ir en taxi, los recepcionistas del restaurante saldrán a buscarte a una calle cercana con un farolillo porque el acceso en coche a partir de ese punto es imposible. Nada más cruzar la puerta sentirás la sensación que te acompañará durante toda tu estancia en La Medina: un contraste brutal. Nunca podrías imaginar que, en medio de semejante ruina, se encuentra un palacio, convertido en restaurante, de estas características.
Una arquitectura fabulosa, muebles de diseño árabe restaurados y mezclados con otros contemporáneos, tejidos nobles… Esto es lo que encontrarás mientras subes hacia la terraza de Le Foundouck. Un lugar mágico en el que cenar es admirar la puesta de sol mientras de los minaretes de las mezquitas que lo rodean surgen cantos árabes a modo de mantra.
La cocina, cuidada y una de las más exquisitas, te dejará con ganas de probar todo lo que veas en la carta. Couscous, ensaladas árabes variadas, carne de cordero en tajín… Si vas, nos agradecerás eternamente habértelo descubierto.
Qué visitar en Marrakech
De entre todos los monumentos y lugares que no debes perderte está el Jardín Majorelle. Construido a comienzos del siglo XX a capricho del pintor Jaques Majorelle, llegó a caer en el abandono hasta que, en 1980, fue adquirido y restaurado por Yves Saint Laurent. Desde ese momento este espectacular jardín botánico también es denominado con el nombre del diseñador: Jardines de Yves Saint Laurent.
Con una vivienda principal de estilo colonial y rodeado de fuentes, lagos de agua dulce y plantas traídas de todo el mundo constituye una de las joyas de la arquitectura de Marrakech. El color que recubre sus paredes, Azul Majorelle, fue patentado por el pintor y convierte el lugar en una auténtica obra de arte.
Otro de los lugares mágicos que no debes perderte es la plaza de Jamma El Fna. Probablemente pasarás por ella en muchos momentos, ya que es la plaza principal de La Medina, pero nada comparable a vivir un atardecer paseando entre los cientos de puestos de comida, artesanía y música en directo que aparecen a esa hora.
Desde Jamma El Fna tendrás una panorámica completa, y fácil acceso, a todos los puntos de interés de la ciudad. Recomendaciones aparte, como siempre, lo mejor que puedes hacer es descubrir por tí mismo todo lo que Marrakech tiene para ofrecerte. A la vuelta, si te parece, nos cuentas que tal te ha ido.
Quedarse trabajando en agosto tiene sus ventajas… Y, sin duda, nuestra favorita, es viajar a esta ciudad mágica en septiembre.