Pite Piñas te lleva como entrevistadora a lugares que no conocías, pero hay también que estar dispuesta a dejarse llevar ahí. En el documental de Martha Stewart, ‘Martha’, ella está incomoda y odia en todo momento las preguntas que le hace el director, R.J. Cutler, e incluso se ha aseghurado de decir constantemente que no le ha gustado el resultado final.

En realidad, el problema está en cómo se puede usar lo que dices. Con cien horas de entrevista puedes destrozar o endiosar a quien preguntas y la labor de Pite no era esa, sino exponer, a veces de forma cruda, pero siempre con respeto. Ni ella ni Rosa buscaban ni lo mejor ni lo peor y eso tranquiliza cuando te abres, porque sabes que no estás corriendo demasiado peligro. Sólo puedes hacerlo si confías plena y ciegamente. Para que te hagas una idea, he visto el episodio tres ayer cuando ya estaba montado. Con el reality pasaba algo similar, porque lo veíamos a la hora de emisión, cuando lo veía el resto de la gente. Organizábamos una burguer party entre amigos. Nunca pedimos verlo antes porque teníamos plena confianza en el equipo.


Vestido LITTLE JOE COUTURE
Joyas Marta Vaquerizo


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En este viaje personal tienes que ver cómo tu historia es narrada por diferentes personas, con diferentes visiones. La memoria nos hace cambiar cosas. ¿Con qué idea te has quedado ahora de esa revisión? ¿Has visto tu vida de forma diferente?

Hay una historia concreta que me hace gracia en la que Miguel Angel Arenas “El Capi” dice que yo pasé de ser guitarrista a cantante del grupo porque me empeñé, mientras que Nacho Canut dice que no, que fue porque Pedro Almodóvar me hizo cantar… Yo creo que todo suma, porque aunque era guitarrista, también era corista del grupo Paraíso y ya había tocado y grabado los coros del disco. Es entonces cuando hay un cisma en el grupo: contamos más con el cantante y nadie quiere ponerse a cantar. ¡Ni yo! Pero como ya lo había hecho, dije que sí. En realidad, seguramente cada historia es cierta, pero ninguna lo es absolutamente… Ni la mía.

Has dicho que no necesitas “esa especie de sinceridad absoluta de las redes sociales”, pero, ¿acaso no se miente más en las redes que en cualquier otro lugar?

La sinceridad que impulsa a alguien a llamarte lo peor que se le ocurre y luego ves que en su perfil está vendiendo paz y amor mientras insulta a los demás desde ese semi anonimato absurdo… Normalmente es un reflejo de la vida. Si no te han preguntado, ¿para qué nos das tu opinión?

Tenemos derecho a opinar todos pero hay quien cree tener el derecho a ser escuchado, esa gente que cree que su opinión tiene que ser siempre aireada.

Eso es algo que pasa siempre, como cuando vas a ver una exposición y o una conferencia, llega el turno de preguntas y un señor se marca una especie de conferencia, porque tiene la irrefrenable necesidad de decirte lo que piensa. Pues estimado señor: que le hagan a usted una conferencia. Por eso nunca tuve Twitter, porque me parece que es actuar como si fueras una especie de mesías. Me interesa Instagram en la era previa, antes de Twitter, porque consistía en poner una imagen, algo que es más artística y moni.

Viví delante de vuestra casa un tiempo y recuerdo que cada día teníais que cambiar un cartel en el que le pedíais a la gente que dejara de llamar al telefonillo…

Fuimos muy inocentes, pero lo que pasó con ese proyecto fue algo vinculado con una inocencia de la real, de la buena. Nunca imaginamos que tendría esas consecuencias y que tendría la repercusión que tuvo. Fue una sorpresa genial pero con consecuencias. Dejé de poner el cartel porque lo robababan cada día, pero como tengo una amiga que le robó el felpudo a Los Pecos, lo entiendo.

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