Ahora estrenas junto a Anna Castillo la miniserie “Un cuento perfecto”, una de las novelas de Elísabet Benavent llevada a la pantalla de la mano de Netflix. ¿Eres de los que se lee la novela para meterse de lleno en el personaje o prefieres ir sobre guion para hacer el papel totalmente tuyo?
He querido leerla porque creo que, aunque haya trabajo sobre guion, es importante ser fiel al libro. En el guion ves cosas sobre la forma de ser del personaje, pero el libro te da la profundidad de los detalles, que es algo muy importante. Desde el libro también puedes ver lo que le gusta al público potencial de la serie, lo que esperan de tu personaje.
La historia parte de un trasfondo común en muchas historias de amor: dos personas que se enamoran partiendo de situaciones económicas radicalmente diferentes. Generalmente, en la literatura, acostumbramos a ver al hombre con más poder y a la mujer en situación precaria, pero esta historia es al revés. ¿Esto ha sido un reto? ¿Te ha costado encontrar referentes?
Un referente que se me ocurre es Titanic, donde Rose era de una familia rica y Jack era pobre. De “Un cuento perfecto” hay dos cosas que me gustan mucho; una es que no está el tópico del patriarcado, ese en el que el hombre es siempre el salvador. Ambos están sujetos a situaciones en las que sus roles van cambiando; a veces él es más fuerte y otras veces lo es ella, y eso me gusta mucho. También vemos que, a veces, aunque tengas dinero, las cosas no son fáciles.
Otro punto que me gusta es que no es una comedia romántica al uso sobre una historia de amor idealizada. Son dos personas que se conocen desde la amistad, en una situación en la que ambos intentan recuperar a sus exparejas y son confidentes. La historia crece desde la naturalidad, la honestidad y la verdad inherente a sus personajes, y huye de roles tóxicos.
Habéis rodado entre Madrid y Grecia durante tres meses
Sí, hemos trabajado con una coach para crear juntos los personajes, porque tenía que haber química y eso es muy importante. La verdad es que hemos estado muy cómodos con la directora, algo que es importante. En la novela hay muchas escenas eróticas que, en vez de tratarse de forma explícita, se han abordado desde la sensibilidad, creo que su visión sobre esto es muy interesante.
Pasas de dj a influencer, y Forbes te señala, de hecho, como uno de los cien más influyentes de España. Después empiezas en la interpretación y vas de TVE a rodar bajo las directrices de Alejandro Amenábar, que te hace aprender coreano… ¿Cómo gestionas estos retos? ¿Cuál es tu proceso para enfrentar estos proyectos tan grandes y salir tan victorioso?
Creo que tirarse a la piscina es la definición de lo que hago. Simplemente, intento hacer todo lo mejor que pueda.
Trato de pensar que cuando te llaman para un trabajo es porque ven algo en ti que funciona, aunque por supuesto que impone. He tenido compañeros de reparto que son auténticas bestias, pero creo que la forma de abordarlo no es desde intimidarse sino desde la visión de aprender mucho de ellos.