Se ha convertido en objetivo de toda una persecución fan en Roma. Ha visto como su cara se convertía en un tatuaje. De repente le llueven las ofertas para hacer cine y series como la que estrena, El embarcadero, en Movistar+. La vida de Álvaro Morte la cambió para siempre un atraco guionizado y orquestado por el personaje al que más debe, por el momento, y del que tiene pinta no va a poder librarse fácilmente. Si es que quiere. Nos encontramos con uno de los actores de moda, a nivel mundial, para conocer más sobre su nuevo proyecto y sobre como ha sobrevivido a varias vueltas de campana en el star system.
Álvaro Morte protagoniza El Embarcadero en Movistar+ junto a Verónica Sánchez e Irene Arcos.
Espero que hayas desayunado bien para aguantar el ritmo… Me estoy cansando sólo de escuchar el trajín de llevarte de una entrevista a otra…
Pues no te creas, pero me han chivado que ahora hacemos una paradita para comer. Espero que se hayan currado el catering… (risas). Confío en ello (risas).
Mi primera pregunta es precisamente saber como sienta el estar uno tan solicitado…
Pues estoy encantado, no te voy a engañar. Estoy encantado porque estar tan solicitado supone tener muchos proyectos sobre la mesa. Más allá de la tercera temporada de La Casa de Papel,… pelis, series, obras de teatro… Otra cosa es el tema fan. Aunque sabes que son necesarios, te hacen perder la intimidad. Cuando estas en una terraza y ves que hay gente haciéndote fotos… Es un poco complicado. Sería desagradecido por mi parte no entenderlo… Pero cuesta.
¿La fama mola o no?
Pues depende de para qué (risas). Yo nunca he querido ser famoso pero…
(Le corto, porque no puedo evitar decirle:) Pues te ha salido como el culo.
(Risas) Pero muy mal ¿no? (risas) Ya lo sé tío. Me ha salido fatal. Pero habría firmado a gustísimo haber hecho secundarios toda mi vida. Si tienen jugo son personajes maravillosos.
¿Me lo dices de verdad?
Absolutamente. A todos nos gusta ganar mucho dinero, pero…
(Y no puedo evitar cortarle de nuevo para decirle:) Vamos, que te estás forrando.
(Risas) No, no, para nada (risas). No quiero decir eso. Obviamente los secundarios están peor pagados que los protagonistas, a eso me refería.
Ya, ya, claro…
Habiendo hecho algunos secundarios he podido montar 300 pistolas, mi compañía de teatro, que es con lo que doy rienda suelta a mi creatividad y, trabajando con ella, no necesito nada más. Quiero decir que con eso ya vivo. No necesito nada más. El resto es algo que suma y se agradece, pero tranquilo económicamente ya estaba con mi teatro. Y feliz también.
Y ahora pasa esto y todo da un giro…
Pues sí, te conviertes en una estrella mundial… Que da un poco de reparo decirlo…