MM: Polo es muy dado a cortocircuitar. Cuéntame la última vez que has cortocircuitado.
AR: Es muy difícil que me cabree de verdad. Pero sí es cierto que tengo un carácter muy fuerte. Es muy difícil que le haga la cruz a alguien, porque además perdono con mucha facilidad. Odio la gente rencorosa porque no sé vivir así. Soy el polo opuesto a eso. Necesito una relación cálida y cercana con la gente que me rodea, con mis amigos, con mi equipo, porque es mi forma de ser, porque no sé relacionarme de otra manera. Pero en el momento del regaño me enfado mucho y además cortocircuito con las personas que menos se lo merecen, como es casi siempre, el 80 por ciento del tiempo, mi madre.
MM: Pídele perdón.
AR: Ella ya lo sabe. Tengo que tener mucha confianza para pegar un berrido o para mandar todo a mierda. No soy un chico de términos medios.
MM: ¿Después de hacer esta serie, te caen mejor o peor los pijos?
AR: Intento no hacer distinción. Ya se encarga el mundo y la sociedad de poner etiquetas y yo no quiero ser parte de eso. Yo me he pegado muy buenas fiestas con gente muy pija y muy macarra, si quieres llamarlos así.
En esta foto Álvaro viste traje de MANGO MAN y camisa y calzado de SELECTED HOMME


MM: Hablando de juergas, en una entrevista dijiste que ya no podías meterte en una pista de baile a las tres de la mañana sin que sea muerte súbita (por los fans se entiende). ¿Lo echas de menos?
AR: Es verdad, ya no lo hago. He hecho tantas tonterías en una pista, no te puedes ni imaginar. Me he llegado a quedar casi en ropa interior. He hecho de todo, subido a hombros, cogiendo micrófonos, yo soy muy ‘maestro de ceremonias’, me encanta.
MM: Ahora que dices lo del micrófono, hemos notado que tienes cierta vocación de cantante, hasta te hemos visto tocando la guitarra en un vídeo promocional de Netflix para Elite. ¿Vas a desarrollar esa faceta tuya?
AR: En mi familia estoy rodeado de músicos de verdad y siempre le he tenido un respeto máximo a la música. Entonces, esta cosa que hay ahora de que cualquiera vale, cualquiera toca y cualquiera canta y cualquiera te hace un tal y te hace un éxito y luego se transcribe a un producto, a dinero… yo prefiero estar en la línea purista, aunque se me critique por ello. Yo canto, yo me meto mis juegas flamencas que es lo que más me gusta en la vida, pero esto lo hago entre cuatro paredes con la gente que tiene que estar. Sí es cierto que tengo una amiga que va a sacar un disco y he hecho una colaboración con ella. Y me gustaría hacer algo de música porque lo disfruto, pero lo respeto mucho y creo que no es el momento y quiero enfocar mi carrera a ser actor. Aunque entiendo que un actor completo tiene que saber hacer de todo y que la música es una cosa más que llevo en mi mochila como actor.
MM: Háblanos sobre tu predilección por el flamenco.
AR: La gente cree que soy andaluz, por el habla. Pero es que en mi pueblo en Toledo, la gente tiene como un deje extremeño.
MM: Has dicho que tienes una asignatura pendiente, el inglés. ¿Qué tal lo llevas?
AR: lo sigo teniendo pendiente (risas). Y además me llegan cosas en inglés y pienso “mierda, no puedo hacerlo”. Pero es que no tengo tiempo. Estoy sacando con mucho esfuerzo mis tres días a la semana para entrenar. Lo englobo como parte de mi trabajo y del cambio físico que quiero hacer para mi personaje Nuño, que requiere estar en buena forma física, porque es un tío que se va a una batalla con 100 pibes (risas). Pero el inglés está ahí. Aunque yo siempre he dicho que el día que quiera aprender inglés de verdad tengo que coger un avión e irme.

He hecho tantas tonterías en una pista, no te puedes ni imaginar. Me he llegado a quedar casi en ropa interior. He hecho de todo, subido a hombros, cogiendo micrófonos, yo soy muy ‘maestro de ceremonias’, me encanta.

MM: Háblame de tu nuevo trabajo en la serie de Amazon Prime, El Cid, porque no sabemos casi nada sobre ella ,solo que la definen como una de las series españolas más ambiciosas de las que están en preparación.
AR: Imagínate por qué no has encontrado nada. Hay una burbuja de secretismo alrededor del proyecto. Es una decisión de Amazon que no se quiere desvelar nada. Solo puedo decir que estamos haciendo un ‘seriote’, contando la historia del Cid Campeador, que es una de las historias históricas más poderosas. Tengo un compañero, Daniel Albadalejo que dijo “yo con vosotros hasta el fin del mundo”. Y así es. En el set hay una calidad interpretativa cojonuda y una calidad humana maravillosa.
MM: Hablas mucho de tu pueblo y más de una vez has dicho que no hay nada mejor que tomarte unas ‘cerves’ en el bar de tu pueblo.
AR: Sí y que sepáis que voy al bar y me lo dicen. ¿Y que si no hay nada mejor? Para salir de la rutina de Madrid, es lo mejor. Siempre hablo de eso en las entrevistas, es verdad, pero es que, no es el hecho de tomar una cerveza, eso lo puedo hacer en cualquier sitio, es el ritual y lo que engloba eso, que es verme otra vez con la gente con la que me quiero ver, con mi familia, mis amigos de siempre. No es que me vaya yo solo al rincón a beber. Es como mi retiro espiritual.
MM: Tienes tres millones y medio de seguidores en Instagram, ¿eres de los que se alegran de que vayan a quitar los likes, te importa, te da igual?
AR: Pero vamos, cómo te explico (con voz irónica). Estoy agobiadísimo con que no pueda ver cuántos likes tiene mi foto. No duermo por la noche. Obviamente cuido mis redes sociales pero es cierto que no estoy viendo qué foto va mejor o peor. Me gustaría subir alguna foto de mis juergas flamencas o de cuando he ido a bucear, de mis aficiones pero es que claro, tienes que tener fotos (risas). No soy el típico que va haciéndose selfies. No me atormenta Instagram. Lo llevo con normalidad, si hay una foto que me gusta la subiré. Pero no pienso ‘ha pasado una semana y no he subido una foto’. Y si alguna vez me viene el pensamiento a la mente yo mismo digo, ¡qué estás haciendo!.
Sudadera y pantalón MANGO MAN

MM: ¿Del uno al diez, cuánta rabia te da el viajar por el mundo para hacer promos y no poder visitar el país al que vas?
AR: Es que disfruto tanto, de otra manera. A ver, sé lo que dices, pero es que me lo paso tan bien. A raíz de ir a Italia, tanto con Elite como con DSquared2, ahora tengo muchos amigo ahí que se han vuelto amigos, amigos. Italia me encanta, creo que he ido cuatro veces en el último año. No puedo ver nada de la ciudad, pero disfruto muchísimo. No voy a ser hipócrita. No voy a Milán a pasarlo mal. Aunque vaya una sola noche. Sí, estoy en en hotel metido, pero estoy en un hotel chulísimo, y voy a un evento increíble y me lo paso muy bien y nos metemos una fiesta increíble.
MM: ¿Crees que existe algo de verdad en el cliché de que a las chicas buenas le gustan los chicos malos?
AR: No sé.
MM: Vamos a replantearlo. Tu te consideras malote y se han enamorado de ti chicas buenas.
AR: Sí.
MM: Pues ya está.
AR: Pero yo creo que tiene que ver con la edad. No es igual con 13 años que con 20 que cuando tenga 30. Va en la madurez de cada uno.
Intervención de su manager: “Pero a todo el mundo le gusta el típico chico que te da juego”.
MM: Replanteamos: a todas les gusta el chico que da caña.
AR: Eso es otra cosa, es que yo estoy pensando en ‘Tres metros sobre el cielo’, que pasa el chico en la moto, y con 16 años pues te gusta eso, pero si eres mayor igual te da igual. Pero lo otro, que te dé juego, eso tiene que estar siempre. Siempre tiene que haber caña en la relación porque eso es la llama del amor y de la pasión. Ahí ya yo sí estoy en el ranking (risas).
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