¿Dirías que en un grupo, la invidualidad termina por difuminarse?
Totalmente. Separarme fue una decisión complicada, porque tenía que encontrar primero en mí lo que quería contar. Resultó que eso que quería contar estaba en el mismo proceso. A veces la respuesta te la da el proceso de las cosas que van llegando. Siento que es inevitable que en un grupo se pierda la individualidad. Como banda estuvimos muy conectados durante muchos años hasta que un día, dejamos de estarlo. Las cosas cambian y uno también lo hace. El problema llega cuando no sois ya capaces de crecer y de evolucionar juntos, cuando no eres capaz de conectarte a lo largo de los años. En realidad, es como una relación de pareja o de amistad, como cuando hay personas con las que hace diez años te llevabas increíble y ahora… Es algo que a todos nos pasa. Siento que los 30 son una buena edad y a mucha gente le pasa lo de filtrar a tus amigos. Sigo siendo Andrés, soy Andrés Koi a nivel artístico y tengo mucho que contar y que aportar. Hago música todos los días y tengo ya en la cabeza el siguiente disco.
Total look BOSS
Dices que “la buena vida es más sencilla de lo que creía”. ¿Cuáles son sus claves?
Para cada uno es una cosa, pero creo que la ignorancia es la clave de la felicidad. En general, pienso que hay que ser un poco como un caballo de carrera, que no mira hacia los lados. No hablo de una felicidad en clave Mr Wonderful, sino de vivir con calma, en un estado de tranquilidad en el que vivir según tus valores. A lo mejor para alguien es tener mucho dinero en la vida y para otro, pasar mucho tiempo con animales, si esa es su pasión. En mi caso tiene que ver mucho con vivir enfocado en lo mío y en no ser esclavo de los resultados, sino de los procesos, crear un disco, una gira y pensar en el siguiente álbum. Quiero que ese sea mi motor, no si he vendido ni cuánto he vendido. Pero es difícil, porque al final los que hacemos música, igual que le pasa al director de cine, queremos conectar con el público. Hay una parte en la que nos necesitamos los unos a los otros, pero siento que ser consciente de eso hace que tenga más dirección y no me pierda los procesos.
Total look AMERICAN VINTAGE
Tu padre es argentino, tú madre brasileña y tú madrileño. ¿Qué tienes de cada lugar?
Llevo con orgullo mis raíces desde pequeño. Siempre me ha gustado viajar y visitar a mi familia de fuera, aunque tiene su parte difícil, porque hay muchas despedidas. De madrileño lo tengo todo: lo soy de los pies a cabeza, porque me he criado aquí. Pero una parte de mí siempre ha tenido un ojo fuera. Desde pequeño a veces me preguntan de dónde viene “ese acento”, y se me ha juzgado mucho ahora al cantar precisamente por eso. En su día me costaba y marcaba más la z pero ahora, ya no. Hablo como hablo. A veces soy súper madrileño y otras veces me preguntan por el acento. Hay edades más complejas, porque estás más inseguro y quieres encajar, pero hoy llevo con mucha alegría haber tenido unos padres, unos abuelos y una historia familiar de inmigracion pura. Me gustó Koi (es un acrónimo que significa “Kids of immigrants”) porque me representa y me alegro de haber encontrado un nombre que no cambie con el tiempo, porque el nombre DVICIO, si te soy sincero, ya no me gustaba. Parecía ese nombre que decides de joven y que con 30 querrías cambiar. Eso quizás le pase a Bad Bunny, que con 50 años no quiera ser el conejo malo, ¿no?
Te hemos visto en Mercedes Benz Fashion Week Madrid. ¿Qué relación tienes con la moda?
Este es un camino que también he empezado. Es algo que creo que ha nacido en mí y me gusta el hecho de tener una propuesta a la hora de vestir, que es otra forma de expresarme. Trabajar con la estilista Lucía Sobas me está haciendo valorarlo. Me invitaron a la semana de la moda y dije: “¿Por qué no?”. Nunca había ido y al final, donde pones la atención empiezan a salir cosas. Me mandaron estilismos de Bernhayer y de Álvaro Calafat. Disfruté mucho la experiencia, porque me pareció interesante la emoción que se vive. Me gusta todo lo que combina diferentes estilos de expresión artística y la moda me está empezando a llamar la atención. Me gusta ir acercándome poco a poco para encontrar mi estilo y estar cómodo y augusto.
Me encanta la forma de compartir lo que hay tras las canciones que pones en marcha en tus redes, donde grabas lo que anotas en el bloc de notas del teléfono.
Se me ocurrió grabar la pantalla del móvil e ir inmortalizando los procesos. Le he puesto amor al proceso y por eso me gusta compartirlo. Prefiero compartir cómo se creó algo que decir “la canción tiene x escuchas”. Estoy más en el “así se hizo.” Me gusta compartirlo y valoro cuando alguien cuenta también su proceso.