Tu chica, Begoña Vargas, es actriz. ¿Te llama la atención la actuación?

Creo que para cualquier cosa uno tiene que estudiar y meterse de lleno en el proceso. No es tanto el “quiero ser actor”, algo que igual con 20 años sí te habría dicho. Es cierto que en algún momento me llamaron para hacer algo, pero no coincidió y al final, no pasó. He tonteado con hacerlo pero no ha llegado, y siento que cuando tenga que llegar, llegará. Ahora no tengo tiempo ni prisa. Si en dos años de repente surge algo y me siento preparado, me gustaría hacerlo si lo que hago es diferente de lo que soy en mi vida real. Me encanta Jared Leto por ejemplo en ‘Dallas Buyers Club’. Él me parece una figura capaz de combinar de una forma admirable su carrera de actor y de líder de su banda, Thirty Seconds To Mars. Es por ahí por dónde yo lo enfocaría, no me metería a hacer la película del momento. Me gustaría ir haciendo cosas e ir viendo si me gustan o no. En conclusión, no me importaría actuar y siento que en algún momento se va a dar.

¿Cómo fue la experiencia de trabajar juntos en el vídeo de ‘Todo lo que me mata’?

Le escribí a ella la canción, por lo que no podía ser con otra persona. Ella había tenido propuestas de hacer videoclips con otros artistas, pero cuando las cosas tienen que ser… Es una canción de amor y desde el primer momento imaginé grabar el video con ella en el caso de que hubiera un videoclip. Salió todo maravilloso, porque trabajamos con un equipo con el que estoy muy acostumbrado a trabajar. Fue en Almería y fue lo último que hicimos en 2023.


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Vivís la relación con mucha naturalidad, ¿no? Nada de esconderos.

Lo vivimos con naturalidad y normalidad. Ni a ella ni a mí nos define el ser personaje públicos, es una consecuencia de nuestro trabajo. Tenemos por supuesto nuestro mundo privado pero si nos apetece compartir una foto, lo vamos a hacer, como hace cualquier pareja. No quiero que me condicione. Es parte de la identidad, pero no la construye sólo mi profesión, sino otras muchas cosas.

Los tatuajes de mi piel van al lienzo”, dijiste. Háblanos de uno especial y cerremos la charla con tinta.

En realidad no tengo tantos, pero como están concentrados en un brazo, parece que son muchos. Por ejemplo hay uno muy importante que es el de 51/49. Es un porcentaje que representa tener siempre un poco más de corazón que de mente, algo que ya dice el tema ‘Buffet’, “Soy cada vez más corazón y un poquito menos mente”.Tiene que ver con dejarse ir un poco y dejar de sobrepensar. Al final es una misma idea con diferentes prismas, porque ese 51/49 está en el lienzo y en las canciones de alguna forma. Todo me hace replantearme la misma idea, que es disfrutar más de la vida y rallarnos menos.

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