Tanto millón alrededor, y no hablo solo de dinero sino también de datos de audiencia… ¿Uno se acaba acostumbrando o quitándole importancia?
Antes me preocupaba mucho de datos y números, pero ya no más. Primero, porque hay más artistas y hay más competencia. Y luego porque estoy intentando algo muy nuevo, trabajando dos mercados muy distintos. Normalmente los que trabajan el mercado en español están pendientes de esos datos, y los que están compitiendo en el mercado brasileño se fijan, obvio, en esos datos. Pero yo estoy en el medio de ambos, por eso no puedo estar pendiente de esos números. Lo que hago es algo muy nuevo y no tengo con quién compararme. No hay nadie que haga lo mismo.
Lo que hago es algo muy nuevo y no tengo con quién compararme. No hay nadie que haga lo mismo.
Pues son datos abrumadores realmente.
Por eso no lo miro, para no poner una presión extra en mi cabeza. Cuando haces algo nuevo estás en un territorio no explorado y todo es un experimento.
En todo este proceso, de una favela al éxito internacional, supongo que tiene que haber momentos realmente difíciles de digerir.
Si, los hay. Y de eso vamos a hablar en la segunda temporada de mi serie en Netflix. Hablo de esas dificultades de salir de una favela, cambiar la realidad, luchar contra prejuicios por ser una mujer sensual y dueña de mí misma. Ha habido muchas barreras que romper. Trabajar esto sí que fue un desafío muy grande.
Salir de una favela, cambiar la realidad, luchar contra prejuicios por ser una mujer sensual y dueña de mí misma. Ha habido muchas barreras que romper.
Unido al business, porque el tuyo no es un negocio fácil.
(Risas) No, para nada. Antes además era un ambiente muy masculino y las mujeres que había siempre cumplían con las expectativas que había sobre ellas. Y yo llegué cambiando eso y diciendo lo que pienso. Todo el mundo quiere que seas sincera, pero cuando dices la verdad… Es difícil. Sobre todo para mí que no tengo filtro (risas).
¿Te ha jugado malas pasadas esa falta de filtro?
Al comienzo si, pero hoy en día ya no. Antes me arrepentía todo el rato de lo que decía pero ahora pienso que el público tiene que entender que el artista es una persona normal. Cambia de opinión, comete errores, aprende, … Para mí es importante no poner la expectativa de ser perfecta y hacer todo correcto.
El público tiene que entender que el artista es una persona normal. Cambia de opinión, comete errores, aprende, …
¿Qué es lo que más te gusta de la fama?
Cambiar la vida a la gente. He tenido la suerte de poder hacerlo y esto es lo mejor. Y lo peor, aunque no preguntaste, creo que es cuando la gente te juzga de manera equivocada. Cuando piensan sobre ti algo que no es verdad, eso es lo que más me enoja. Soy una persona sincera y eso me sienta fatal.
¿Hay algo que recuerdes que te haya sacado de tus casillas?
¡Hay muchas! Amor, tenemos que hablar horas para esto (risas). Pero, por ejemplo, no soy una persona que sepa fingir cuando alguien me cae mal. Si alguien no me gusta no sé hacer como que sí. Y eso puede hacer pensar que soy mala persona, pero no. Simplemente no me cae bien y ya. Odio esa expectativa de tener que estar por encima de lo humano.