La fama repentina no siempre se digiere bien. Un tema, “Malo”, que la hizo situarse en el punto de mira de todos y que la otorgó, en semanas, una exposición mediática que, reconoce, fue difícil de llevar. Después de alguna rueda de prensa poco afortunada y de una relación con los medios muy cuestionada, Bébe posa para nosotros en una etapa de su vida en la que “todo eso quedó atrás”. Ahora, madre y con las prioridades bien organizadas, vuelve con una sorpresa que pocos esperaban. Bébe se pasa al reguetón. Un género que dice llevar estudiando mucho tiempo y del que le atrae la pasión y el calor con el que se vive en latinoamérica.
Comprobado. La Bébe no es tan fiera como la pintan y en esta entrevista y sesión de fotos nos lo ha dejado claro.
Fotografía ADOLFO CALLEJO
MUAH JUAN PACHECO (TheLabMakeupStudio)
para GHD y MAC COSMETICS
Realización MANU BERMÚDEZ
Asistente realización MARK COHEN
Localización Taller de JAVIER SÁNCHEZ MEDINA
MakingOf Andrés García Lujan
Cuéntame como llega la música…
Pues de manera muy natural, en casa siempre nos han alimentado de música. Es algo muy normal. Cantar, canta todo el mundo (risas). Siempre había instrumentos por allí y, al final, cuando estaba estudiando COU fue cuando decidí empezar a darle un poco más de caña. Ya había enredado haciendo conciertos con algún grupo antes de eso, pero de forma muy pequeñita. Cosas en bares. Y la escritura, componer, es algo que hago desde pequeña, así que es innato…
¿Cómo recuerdas esos primeros pasos?
El proceso fue muy bonito y para mi fue muy importante. Empece a tocar por bares de copas en Badajoz a los que venían mis padres, mis amigos y poco más. Cuando me vine a Madrid a estudiar Arte Dramático un amigo me llevó a un bar que se llamaba “La redacción”, por aquel entonces, y ahí conocí a Tontxu y a otros cantautores…
Hace mucho que no se escucha nada de Tontxu, me gustaba mucho su música…
Si, es maravilloso. Pues el fue el primero que me dio la oportunidad. Me abrió la puerta a empezar a tocar en bares y me acabé decantando por la música. Empecé a ver que
iba funcionando, que era algo con lo que iba a poder desarrollar mi inquietud artística y empezó a formarse “la bola” y a tomar forma. Era muy bonito, la gente venía con su grabadora y al mes siguiente ya se sabían las canciones… Eso era muy grande.
El boom mediático te llega con “Malo”. Algo tan bestia ¿no te vuelve un poco loco?
Si, totalmente. Fue muy mediático. De repente, en un mes, todo el mundo te reconoce por la calle. Con el tiempo se fue asentando pero cuando estás en plena tormenta piensas que va a ser siempre así. También te hace aprender mucho.
No me pasó nada más que a cualquier persona que en el trabajo que ama le ponen, de un día para otro, de jefe (risas). De repente tienes gente a tu cargo y tienes que aprender a manejar esa maquinaria… Eso fue lo que me pasó. Te arrolla pero todo se va colocando después y te das cuenta de que eres una afortunada.
Los altos y bajos de la profesión ¿Cómo los llevas?
Yo lo llevo muy bien porque siempre he tenido muchas cosas que hacer (risas). La vida necesita todo eso. El espíritu pide calma aveces y te hace crecer. Tomarte las cosas con más sentidos del humor… Los altos y bajos forman parte de la vida.
Y cuando estás más activa ¿Cómo te organizas para seguir adelante con tu vida personal?
Cualquier madre que trabaja se puede hacer una idea. Es relativamente fácil y difícil (risas). Hay que ordenarse mucho. Lo que no hago es desaparecer, como antes, dos meses para una gira. Ahora lo mido mucho. Pero cuando estoy trabajando en España es fácil porque vas y vienes. El problema es en América o por el mundo, ahí me pongo un límite de veinticinco días fuera de casa y de ahí no paso (risas). Lo bueno también es disponer de video llamadas. Mientras ella hace los deberes la acompaño vía Upad (risas). Además también creo que es bueno para ella que crezca teniendo independencia, que sepamos mantenernos separadas un tiempo quitando el drama.
Y las críticas, cuando ha habido ¿cómo las has llevado? Con la prensa hubo momentos tensos…
Depende de las críticas. Las constructivas uno tiene que recibirlas bien. No nacemos sabiendo y muchas veces nos hacen darnos cuenta de cosas que mejorar….
¿Quieres leer la entrevista completa y ver todas las fotos?
Lo encuentras en MADMENMAG Verano 2017