Estás de gira con El hombre almohada, con quien repites por cuarta vez con el director David Serrano de la Peña.
Sí, y repetiré con él todas las veces que él quiera y que se pueda. Es que trabajar con gente que conoces al final te da esa libertad y esa comodidad. Me pasa igual con los Javis o con gente con la que he repetido. Creo que para hacer algo creativo siempre es mejor. Estoy muy a gusto con David Serrano, me encanta trabajar con él, o sea que lo haría siempre que pudiera.
¿Y la obra qué tal?
Es una obra maravillosa, muy dura, con un humor un poco negro (para mí, maravilloso), y es un texto muy difícil que me deja un poco tocada y hecha polvo, pero que disfruto mucho haciéndolo, porque es de Martin McDonagh, quien también es el autor de Tres anuncios a las afueras, un texto brutal. Y estoy muy bien acompañada. Fue un reto hacer El hombre almohada, porque era algo emocional y físicamente para mí agotador. Yo recuerdo la primera semana de pases todos los días y llegaba a casa pensando que no iba a poder hacer eso durante un mes seguido, porque la obra es brutal. Y al final acabo igual de cansada, pero lo disfruto mucho. Es una suerte como actriz poder hacer un personaje así. Y lo bueno del teatro es que vas descubriendo todo el rato.
Ahora tienes éxito, pero tú también has estado donde están tantos actores y actrices: buscándose la vida como pueden, trabajando de lo que pillan.
Sí, y siempre digo que no me arrepiento de nada de eso. Volvería a hacerlo todo absolutamente igual, porque he aprendido y disfrutado mucho. Y creo que cuando uno dice que ha trabajado de otras cosas, lo único doloroso de eso es que claro, uno no es pintor y puede pintar en su casa. Ser actor necesita más cosas. Hay una frustración artística, y por eso es doloroso.
Estás en un proyecto tan gigante como La casa de papel. ¿Cómo es participar en algo tan grande y tan internacional?
Es una locura de la que no creo que sea muy consciente. Claro, yo no estoy desde el principio, como ellos. Yo he entrado sabiendo ya dónde estaban situados. Se han ido situando poco a poco y sé, por lo que me han contado ellos, que ha sido un viaje en muchísimos sentidos. Yo he entrado sabiendo ya a lo que iba, y sin expectativa de nada, sino queriendo hacer acción, que no había hecho nunca, y con esta cosa un poco cómic que tiene La casa de papel y que me parece muy divertido de haber podido hacer. Sí que hay gente en redes sociales que te escribe de todo el mundo, pero creo que está pasando más allá de la serie, por el consumo que hay ahora de la ficción. Al mismo tiempo, es como una cosa muy irreal, ¿no? Es como si estuviera pasando en otra dimensión, es extraño. Yo estoy muy, muy contenta y muy agradecida de haber podido estar ahí. Ha sido un reto, una experiencia loquísima, divertidísima, y también dura, porque han sido muchos meses, pero con un equipo muy grande. Ver cómo se hace algo así para mí ha sido fascinante.