El éxito y David Castillo no siempre se han llevado bien. Lógico teniendo en cuenta que lo alcanzó siendo un niño, que se alargó durante su adolescencia, y que sucedió protagonizando una de las series más vistas y queridas de nuestra historia televisiva. Exposición mediática, fama y responsabilidades que, en alguien tan joven, pueden resultar ser un cóctel explosivo. Pero no fue así. David decidió dar un paso atrás y matar el éxito a golpe de teatro. Alejarse de Jonathan poco a poco y forjar una carrera sólida como actor basada en la experiencia de las tablas, en encontrar su propia identidad y lograr la estabilidad emocional que necesitaba para poder seguir adelante.

Evidentemente no todo fue negativo. El estar rodeado de actores con tanto talento y el ritmo de grabar una serie semanal desde tan joven son puntos positivos en su CV. También el dinero, todo hay que decirlo. Ahora, con la veintena casi agotada David tiene la estabilidad económica necesaria para poder elegir proyectos y seguir en la profesión en un sitio muy privilegiado. Siendo uno de los pocos que pueden decir que viven de la interpretación y sin la ansiedad de aceptar todo lo que llega para poder mantenerse.

Uno de esos proyectos a los que ha dicho sí – después de cabalgar junto a El Cid en Amazon Prime – es el que nos presenta, una serie basada en la horrible pandemia que ha azotado nuestras vidas: Besos al aire, en Disney +. Historias de amor y vida en medio del golpe que ha supuesto la Covid-19 en nuestra realidad.

¿Quieres saber más de Besos al aire y de David Castillo? No te pierdas la entrevista que nos ha concedido. ¡Aquí la tienes!

Fotos Pablo Abad

¿Con ganas del estreno, no?

Pues sí, aunque nosotros por suerte ya lo hemos visto siempre hay ganas de estrenarlo, la verdad.

Primera serie de Disney+ en España, qué honor estar ahí.

No nos lo esperábamos porque no se hizo sabiéndolo, pensábamos que era para Mediaset, que era la idea inicial. Sonaban cosas pero ya sabes, con los secretismos que hay… Y al final para Disney +, así que genial.

Hablaba el otro día con Paco León y me decía que era «un chico Disney sin comerlo ni beberlo».

Total. Y mi personaje que reparte marihuana… (risas). Imagínate. De los primeros que lo hacen en Disney (risas).

Cuéntame un poco tu experiencia en el rodaje y el papel que haces.

La serie nace en el inicio del confinamiento ambientada en un bloque de vecinos. El otro día me preguntaban si no sería un poco cansino hablar del tema de la pandemia pero creo que es sano porque se hace desde el humor. Al haber tantas tramas tenemos muchas opciones de hablar de muchas cosas. Mi personaje es un toque más optimista, una visión más joven de la pandemia y con menos drama. Un chaval que quiere hacer algo con su vida, se ve encerrado en casa agobiado y no se le ocurre una mejor idea que ponerse a vender porros para la gente que quiere fumar encerrada en casa (risas). Pero en plan superhéroe salvador (risas). Y en ese camino conoce a una chica especial con la que empieza a hablar, se genera una historia muy bonita… Y al final hace una especie de catarsis y se replantea cosas en la vida.

Es una temática que de alguna manera está bien que esté presente en ficción.

Es arriesgado por parte de la productora hacer una serie basada en una pandemia de la que todos estamos hartos. Pero me parece que lo cuenta de una manera muy inteligente, desde el humor, con varias tramas y puntos de vista… De cómo lo ha vivido cada uno.

Es una serie que envejecerá bien. Creo que es positivo que quede registro de lo que hemos vivido.

También está hecha con mucho respeto y muy fiel a la realidad que vivimos. De cuando salíamos y no sabíamos si había que usar mascarilla… Se respeta la realidad y eso lo acerca y lo hace más realista.

¿Tú a nivel personal cómo has vivido este año tan raro?

Me ha servido muchísimo. Me ha servido para aprender y ha sido muy útil.

¿En qué sentido?

Me ha dado tiempo de escribir, de hacer yoga, de cuidarme, dejé de fumar… A nivel de mirar hacia dentro y decirme «tienes que mimarte y cuidarte y disfrutar de lo que eres como ser». Estaba solo en casa y no podía hacer otra cosa que quererme y estar bien conmigo mismo.

Pasarlo solo ha tenido que ser duro.

Aprendí mucho, me tiré muchos días sin ver a ningún ser humano. Vivo en una casa y no tengo vecinos de edificio, solo oía aplaudir. Por eso sabía que seguía habiendo gente ahí fuera (risas). Muy raro.

Lo que estás escribiendo es un libro de poesía ¿no?

Si, es algo que llevo mucho tiempo preparando. Por primera vez me he animado a editarlo. Voy a hacer un pequeño poemario de los doce años que llevo escribiendo y espero que salga antes de terminar el año. Me hace mucha ilusión y también tengo algo de miedo. Meterte en un mundo nuevo siempre da algo de vértigo y respeto. Pero lo hago desde el amor absoluto, sin ninguna pretensión.

Pablo Rivero me habló de esos mismos miedos cuando se lanzó con la escritura. Pero, en mi opinión, al fin y al cabo, sois artistas y el arte tiene muchas formas de expresión. Es otra faceta más dentro de tu universo creativo.

Creo que cuando uno hace las cosas desde el amor y el respeto quien lo reciba mal es porque algo mal tiene dentro de sí mismo. Cuantas más cosas hagamos mejor, más nos nutriremos y aprenderemos. Uno puede hacerse actor a los 40 años, por ejemplo, no hay problema.

Ahora tienes veintiocho años y llevas desde muy joven en esta profesión. ¿En algún momento te has cansado?

Si, claro que sí. Me he cansado de la profesión, de mis compañeros, de mí mismo… De todo. He tenido muchos procesos en mi vida y todos son buenos, por que me hacen crecer, pero sí que he tenido momentos de querer dejar la profesión. Cuando uno es adolescente y vive algo así, imagínate cómo se tiene la cabeza. He tenido momentos de todo. Un actor, de por sí, está en constante renovación y cambios de registro…

Empezar en el show business tan joven no pudo ser una elección muy consciente

No, para nada. Tenía siete años. Quien tenga consciencia a esa edad… Para mí era un juego, entre de rebote a hacer anuncios pero no tenía vocación ninguna. Me fui enamorando poco a poco de esto. Perdía clases, me trataban bien… Creo que lo he disfrutado mucho precisamente por eso, por ser como un juego. De hecho creo que cuando dejó de ser como un juego fue cuando me lo replanteé. Cuando tienes catorce años y quieres ir al cine con tu ligue y no puedes porque trabajas… Ahí es cuando uno piensa si le compensa.

Tener responsabilidades de adulto siendo muy joven, no es ningún juego. Y sumando el factor de ser un rostro conocido y popular.

También te digo que en mi casa siempre se ha vivido con mucha naturalidad. Pero así todo ha habido procesos que no han sido fáciles. El tema de «niño trabajador» es algo de lo que no me gusta hablar porque es muy delicado. Y eso que yo lo he vivido súper natural, muy bonito… Pero todo niño en su proceso de adolescencia pasa por momentos complicados. Y ahí es difícil. Es normal. Mis padres han sido clave porque me dejaron elegir. Cuando me surgió la duda me dijeron que, por supuesto, me tomara un tiempo para pensar que quería hacer. Y durante ese tiempo pensé en todos los inconvenientes pero también en lo bonita que es esta profesión y todo lo que aporta, que también lo valoro un montón. Pero es una decisión difícil que tomas muy joven y solo.

Bueno, y que al final es una fuente de dinero importante.

Si, pero yo no lo veía de pequeño. Mis padres lo guardaban en una cuenta y yo ni sabía lo que había.

Sí, pero tener ese colchón supongo que te hace estar más relajado, poder tomar decisiones de trabajos desde la calma, tener una estabilidad que mucha gente a tu edad aún no ha conseguido…

Está claro. Ahora es una suerte. Tener veintiocho años y tener respaldo económico y bagaje de haber trabajado tantos años en televisión… Tienes mucha experiencia muy joven y eso es muy importante, no solo el dinero. Que sí, que es importante y viene muy bien tenerlo, pero he aprendido de gente muy grande. Carmen Machi, Paco León… Grandes artistas con los que aprendes un montón.

¿Cómo gestionaste el éxito tan joven? Hay mucha gente que lo pasa realmente mal. Compañeros tuyos como Jaime Lorente o Álvaro Rico han hablado de el choque tan grande que supuso para ellos.

A veces me sorprendo. Es fácil perderse, sí. Aunque es verdad que siempre he tenido los pies en la tierra y en mi casa siempre me han educado muy bien en ese sentido: humilde, honrado y honesto. Me rodeo de gente muy buena, muy artista, con inquietudes y con el corazón enorme. Quizá ha sido suerte de criarme donde me he criado o que la vida no me ha querido poner en esa situación.

Y el caso de Jaime o Álvaro, es distinto. Lo mío fue más gradual y siendo un niño, no era consciente. A ellos les ha llegado un éxito más repentino en otra edad, con un pelotazo a nivel mundial. Yo no he pasado de no ser conocido a hacer anuncios para Bvlgari de un día para otro, es normal que lo pasen mal.

Paco León me contó que empezar a dirigir y producir sus propias películas fue la manera de que la industria empezara a tomarle en serio. Al final es complicado ser tan popular con un papel muy cómico y que se te permita hacer cosas más serias. ¿Cómo ha sido para ti el proceso de «matar a Jonathan»?

Yo lo hice alejándome de la televisión y haciendo teatro. Sabía que me iba a curtir enfrentarme al público en directo. Estar en un escenario es otra movida, te da otra visión de la profesión y más experiencia como actor. Hice teatro clásico, algo que no había hecho nunca, y aprendí muchísimo. Soy una persona muy inquieta, me gusta estar preparado en todos los ámbitos. Quizá por hacer eso me he podido enfrentar bien a papeles en series históricas como El Cid. Desaparecer de la televisión y volver más mayor, con otro peso como actor, respetado y habiendo hecho trabajos muy buenos, ha sido la manera de hacerme respetar.

Si ahora mismo, con la información y experiencia que tienes, te dieran a elegir entre tener una carrera sólida y discreta o una llena de mega éxitos más comerciales ¿Qué elegirías?

Elegiría trabajar. Trabajar sin parar. Es verdad que elegiría una vida más austera y siendo un actor consolidado. Es verdad que el dinero es muy goloso… Pero prefiero seguir algo más pausado y con proyectos que me hagan levantarme con pasión cada día. Si he aprendido algo es que el éxito no te da, para nada, la felicidad, y menos en esta profesión. Uno quiere conseguir el éxito y cuando lo consigue se da cuenta de que no era eso. Como muchas cosas en la vida.

Totalmente, y da mucha rabia perseguir algo mucho tiempo y darse cuenta de eso al llegar.

No hay que perder años de vida persiguiendo nada, hay que fluir y disfrutar del camino.

¿Y ahora qué proyectos tienes entre las manos?

Ahora mismo estoy tranquilo, esperando a retomar El Cid, la segunda temporada, pero todavía no se nada. Hay tanto secretismo que no tengo ni idea. Parece que trabajo en la NASA (risas). Pero no me agobio, estoy tranquilo. En la vida del actor no tener trabajo es muy normal.

Lo importante es lo que decíamos, poder hacerlo tranquilo.

Sí, y en eso estoy.

¿Nunca has pensado dirigir o producir?

Todo vendrá.

Te pega todo.

Tengo veintiocho años, no hay que correr. Poco a poco.

Un placer David, muchas gracias por el ratito.

Igualmente, un abrazo fuerte y muchas gracias a vosotros.

¡No te pierdas Besos al aire! ¡A partir del 26 de marzo en Disney+!

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