En un año extraño para la música, David Otero puede sentirse, al menos, satisfecho a nivel creativo. Este año, a modo de píldoras, irá sacando todas las colaboraciones que ha preparado versionando algunos de sus grandes éxitos junto a intérpretes como Dani Fernández, Cepeda, Marta Soto, Arnau Griso y Nil Moliner… Una de esas canciones Una foto en blanco y negro junto a Taburete, le ha valido la nominación a mejor canción en Los40 Music Awards de este año. Además de otra como mejor interprete.
Esa canción por la que está nominado junto a Taburete es aquella que, cuando lanzaron el pasado mes de Enero, le hizo decidir retirar sus perfiles en redes sociales durante unas semanas. ¿El motivo? Algunos no entienden cómo puede coger canciones de El canto de el loco – de las que tiene la coautoría – y versionarlas tanto tiempo después, ya fuera del grupo. Tweets llenos de odio que, aunque esperaba, prefiere no ver.
De todos modos, como él mismo dice, hay mucha pared blanca como para fijarse en el punto negro. Y desde luego este año tiene mucho por celebrar. Aprovechamos la oportunidad y le damos la bienvenida a MADMENMAG. ¿Quieres leer la entrevista que nos ha concedido? ¡Aquí la tienes!
Entrevistamos a David Otero ¡Bienvenido a MADMENMAG!


¿Qué tal estás? ¿Cómo llevas estos tiempos tan raros?
Pues bien. Tengo la suerte de poder venir al estudio a trabajar. A falta de bolos, que es lo que deberíamos estar haciendo todos, lo que apetece es hacer música.
Supongo que está siendo complicado…
Pues sí. En parte bien y en parte mal. Bien porque a mí me encanta el trabajo de estudio, componer, estar un poco estable por primera vez en muchos años. Siempre estoy de viaje y de acá para allá con la maleta, y ya son veinte años. Estar estos meses sin coger aviones y trenes es raro pero por primera vez en muchos años estoy un poco tranquilo.
¿Y estás pudiendo disfrutar de la tranquilidad o puede la ansiedad por empezar a hacer la vida normal?
Todo va por momentos. Hay veces que agradeces estar tranquilo, parar y tener otra perspectiva, un respiro. Pero por otro lado lo que yo quiero es estar tocando. Quiero estar en pruebas de sonido con mis técnicos, pensando ideas para los conciertos, el contacto con la gente… Es una montaña rusa de emociones que creo que es lo que estamos viviendo todos.
¿Cómo ves la evolución de todo esto en la industria de la música?
Bueno, por un lado creo que hay una sensación, a bote pronto, de compañerismo, positivismo, aunar fuerzas y encontrar salidas… Pero creo que todo esto tiene un ruido de fondo que en un futuro generará ciertos conflictos. ¿Cuáles? No lo sé. Pero que va a haberlos, ineludible. Cuando hay un conflicto de estas características, al que no nos hemos enfrentado nunca, en cualquier sector es lógico que provoque reacciones. Ojalá que lo sepamos gestionar de forma positiva. Ahora mismo veo al sector unido, por primera vez todos a una y uniendo lazos entre diversas partes de la industria. Viendo que si estamos unidos somos más fuertes. Y eso es positivo. Pero lo que quiero ver es que, cuando todo pase, se cumplan las intenciones. O que lo que se ha cumplido no se corrompa, que es lo que suele suceder en este sistema que tenemos. En cuanto te dan la mano coges el hombro y lo que hoy parece bonito mañana se convierte en turbio. Si somos inteligentes podemos sacar cosas muy buenas de este momento.
Si somos inteligentes podemos sacar cosas muy buenas de este momento.
La música ha tenido que reinventarse continuamente en los últimos años. Y tú que llevas veinte años sabes de lo que hablo. Analógico, digital, redes sociales y plataformas… ¿Crees que esto puede suponer un paso más en la digitalización de la industria?
Si y no. Porque lo que antes era una prioridad para la industria, el merchandising, ahora es un artículo de coleccionista y, de repente, se ha colocado con un valor diferente que a la vez deja más beneficios. Son muchos menos los que se compran pero tienen más valor. Lo que sí que ha cambiado y vamos investigando un poco es cómo funcionan las listas de ventas físicas, streaming, descargas… Hay mucha diferencia entre los artistas que venden algo que la gente quiere tener, abrir y tocar y los que se centran únicamente en el streaming. Y hay híbridos, entre los que me puedo encontrar yo. No pierdo de vista lo analógico, porque me gusta y siempre trato de darle una vuelta de tuerca a nuestras ediciones de trabajos para que sean bonitos y tengan un por qué, pero en streaming también tenemos buenos números.
Por ejemplo, en digital los números uno son los ritmos urbanos y el reguetón pero luego venden cuarenta discos físicos a la semana, el escalón es gigantesco. No hay una fórmula que te diga nada, depende de a qué público te dirijas y cómo valoren todo lo relacionado con la música. Hay gente que de la música solo valora cómo se le mueva el culo a la hora de bailar, eso es así. Respeto todo, nada es mejor ni peor. Depende de la manera de consumir música.

Hay gente que de la música solo valora cómo se le mueva el culo a la hora de bailar, eso es así. Respeto todo, nada es mejor ni peor. Depende de la manera de consumir música.
Todos os habéis ido adaptando. Antes era impensable ir sacando un disco single a single y con muchas colaboraciones. Y ahora casi todos lo hacéis así, tu último disco sigue ese rollo.
Hemos buscado un por qué a la hora de hacerlo. No ha sido un «vamos a apuntarnos a la liga de las colaboraciones porque si».
Entiéndeme, no hago crítica. Me parece genial que si algo funciona se use. Y el resultado creo que enriquece el producto.
No lo había entendido como crítica, tranquilo (risas). Lo veo también como un beneficio. Pero le hemos dado un argumento, que creo que es lo que tiene que tener una colaboración. Ahí nos dió tres mil vueltas el mundo del urbano hace años y el pop lo veía de perfil diciendo «Uy, esto…». Y se ha ido extendiendo hacia el pop donde resultaba algo más excepcional. Cuando yo tocaba con El canto del loco, por ejemplo, no se hacía de forma habitual. Hemos aprendido que la retroalimentación es buena para todos. A veces funciona mejor y otras peor, pero genera un tráfico cruzado entre artistas que es muy positivo. Y la realidad es que está ocurriendo en muchas plataformas, hay gente que lo hace solo para Instagram.
Este disco lo he querido hacer con colaboraciones porque, primero, eran canciones muy antiguas que han influido a la generación de los que ahora las cantan conmigo. Sin nosotros saberlo, hemos sido una influencia para los cantantes de la generación de Cepeda, Dani Fernández o Taburete. Como hicimos en El canto del loco con los Hombres G haciendo una gira juntos. Se unen generaciones y unas se escuchan y conocen a las otras.
Sin nosotros saberlo, hemos sido una influencia para los cantantes de la generación de Cepeda, Dani Fernández o Taburete.
¿Cómo ha sido volver a trabajar acompañado después de tanto tiempo haciendo todo solo?
El otro día lo hablaba con Dani Fernández, que estuvo también en un grupo mucho tiempo (Auryn). Estábamos haciendo la promoción juntos, sentados en unas sillas, y nos reíamos pensando en la cantidad de tiempo que hacía que no hacíamos una promo acompañados. Y es que es mucho mejor. Además de sentirte arropado, no tienes que hablar tu todo el rato y te da tiempo a refrescar ideas. Esas cosas en los grupos es muy chula y es lo que más se echa de menos cuando estás en solitario.
De todas las colaboraciones del disco ¿Hay alguna que te haya hecho especial ilusión o que te haya movido más?
Uff… Hemos grabado No escrito hace unos días con Carlos Sadness y la he disfrutado muchísimo. Y no es una canción que sea muy conocida de mi repertorio. No tiene grandes números y pasa un poco desapercibida, pero me ha emocionado mucho hacerla. Una especie de joyita que tenía guardada. Y luego también Una foto en blanco y negro, que tiene unos numerazos… La verdad es que no sabría decirte una. No puedo elegir (risas). Todas tienen un por qué, su significado.
Justo hace unos días entrevisté a Jerry Di y hablábamos de un tema suyo que ha alcanzado 140 millones de visualizaciones en YouTube…, cifras de infarto en muchas plataformas. Y curiosamente, según me decía, no era para nada un tema por el que él apostara. ¿Te ha pasado alguna vez algo así?
Me ha pasado algo más loco todavía. Es con Tal como eres, la canción que hago con Cepeda, pero no tiene nada que ver con esta colaboración. Un día me dijeron que en YouTube había un tipo mejicano que la había hecho en versión ranchera y estaba triunfando. Y efectivamente. Lo miré y la versión tenía 150 millones de visualizaciones, o 50, no me acuerdo bien, me da igual, era una burrada. Y es que a veces las canciones no sabes la vida que tienen, o por qué y dónde pueden llegar.
También me pasó con Una foto en blanco y negro, que era una canción que tenía hecha y la presentaba en los discos de El canto del loco y siempre me la tumbaban (risas). Lo intenté en el primero, en el segundo… Y en el tercero, por fin, me dijeron si. La presentamos a la compañía y, aunque no les gustaba, la metimos por cabezonería. Fue bien pero no fue un éxito. Y, sin embargo, han ido pasando los años y ahora es número uno y está en el top cien en streaming hace muchas semanas.
¿A la hora de componer sigues patrones? Quiero decir, una vez que sabes que es lo que funciona ¿Te influye a la hora de hacer cosas nuevas? ¿Tiras de fórmulas aunque sea inconscientemente?
Si, y es una cagada enorme. Cuantas veces he escuchado estando en El canto de el loco «Este tema es el Volverá del disco nuevo», cagada. «Este es Zapatillas del nuevo disco», cagada… Y así te podría decir muchas veces, y siempre han acabado descartadas, fuera de los discos. Te das cuenta de que, haciéndolas así, las canciones no tienen alma. Por eso, si has ido viendo lo que he ido haciendo en solitario a lo largo de los años ha sido intentar ser lo más fiel a lo que me apetecía hacer en cada momento, sin mirar éxitos anteriores. De Buscando el sol a Azul y blanco, que era como más electrónico. Luego Una vez más, que es súper saltimbanqui y ska. Baile con Rozalén, que es otra película… Nunca he ido detrás de lo que me había funcionado antes, tengo la experiencia de todas las equivocaciones con El canto del loco. No puedes buscar eso, te vas a pegar un bofetón. Tiene que ser lo que tu corazón te pida sin querer buscar el éxito o segunda parte de «x» canción. Todos lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo, pero no suele ir bien.
Tiene que ser difícil estar siempre sacando contenido nuevo, fresco y que conecte con la gente. Un poco de ansiedad y vértigo ¿no?
Cuando saqué Una foto en blanco y negro me quité Twitter e Instagram. Imagínate. Unas cuantas semanas además.
¿Y eso?
Mira que es una canción mía que luego hicimos con el grupo… La letra la cambió Dani de arriba a abajo e hizo, para mí, un letrón, pero yo la siento muy mía. La idea venía de casa, por así decir.
¿Miedo a abucheos o qué?
Si, te entra ese miedo. Y lo hubo ¿eh? No ha sido mayoritario y creo que es bueno que suceda, pero ha provocado. Y sabía que iba a hacerlo. Hay gente que piensa «¿Cómo te atreves a tocar esa canción?». Y si lo hace otro no pasa nada, pero sabía que por ser yo iba a tener a gente mandando tweets… Y todavía sigo recibiéndolos, como condenando la acción.
Así que decidí quitarme las redes sociales un tiempo para evitar ver esos comentarios. Por que somos así, de toda la pared blanca te fijas en el punto negro…

Hay gente que piensa «¿Cómo te atreves a tocar esa canción?». Y si lo hace otro no pasa nada, pero sabía que por ser yo iba a tener a gente mandando tweets.
Inseguridades ¿no? Nos puede pasar a todos.
Algo tenemos también de masoquistas (risas). A veces necesitamos la rabia, creo que lo llevamos en la genética como seres humanos evolucionados. Por algún lado hay que descargar.
¿Con los ex compañeros de El canto del loco comentaste que ibas a sacar ese tema?
Pues no. Tampoco lo creí necesario. Llamé a Chema, que es con el que tengo más contacto y lo hablamos, pero no me hice una ronda de llamadas informativas. Cada uno ha hecho lo que ha querido y lo he respetado cuando ha pasado. Me ha parecido que tampoco tenía que pedir permiso porque nadie lo ha hecho conmigo, por seguir el mismo patrón.
Cada uno ha hecho lo que ha querido y lo he respetado cuando ha pasado. Me ha parecido que tampoco tenía que pedir permiso porque nadie lo ha hecho conmigo.
Cada relación tiene sus códigos. Si no lo veis necesario, pues adelante.
No, no había códigos. Y como no los había así ha sido.
¿Y en qué andas ahora?
Pues arreglando la guitarra (risas).
¿Qué ha pasado?
Nada, me he comprado una Stratocaster nueva, que es un guitarrón pero tiene tres botones, al lado de las cuerdas, y por mi forma de tocar el botón de arriba me molesta. Entonces estoy viendo cómo cambiar la circuitería interna de la guitarra para cambiar ese botón.
Ingeniería musical ¿no? (Risas)
Mola mucho, es como la parte electrónica. Tengo que hacer unas soldaduras, quitar el botón y pasarlo todo a otro… Es un poco de electricidad musical (risas).
Bueno, cuando te he preguntado en qué andabas quizá no me refería a algo tan literal, pero me ha encantado el dato (risas).
Si, te entendí (risas). Me he dado la licencia de contártelo en versión literal (risas). Sabía por dónde ibas. Pues estoy preparando muchos temas que van a salir de aquí a cuatro o seis meses, que me quedan bastantes por sacar. El siguiente que sale es Una vez más, una versión con Arnau Griso y Nil Moliner, mucho más divertida que la que había. Luego sale Castillo de arena con Marta Soto. Peter Pan, con Ana Guerra,… Y luego un EP de bonus tracks con Mabu, Despistaos, Astro Fonda…
Pues te esperan unos meses movidos…
Ya tenemos grabados todos los videos, porque cada tema va con el suyo. Solo falta uno que grabamos la semana que viene. Veíamos venir la segunda ola del Covid-19 y hemos hecho todo el trabajo que teníamos por hacer en septiembre. Ocho videoclips, ocho sesiones de fotos, grabaciones con colaboraciones en el estudio… Y ahora cerrojazo a la parte creativa y a ir sacando material.
Tenéis para vivir el invierno.
Todo el invierno. Podemos ir administrando tranquilamente y disfrutando. Y también estoy componiendo para otros artistas canciones nuevas y quiero producir un par de temas para otros cantantes, que ya lo había hecho y me gusta hacerlo de vez en cuando. Mucha música.
Cuando salga Peter Pan te auguro otro parón en redes sociales…
Pues no lo sé, puede ser. Otra canción que pasa lo mismo, que la tenía grabada y en el local de ensayo gustó y se llegó a hacer con El canto de el loco. Pero la sigo sintiendo muy mía, venía muy hecha de casa. Con golpes de melodía clavados, sílabas marcadas… Había que hacer una letra que encajara y para eso mi primo hizo un trabajazo y marcó a una generación.
Espero que vaya todo genial. Me dejas con ganas de escuchar esa versión. Hablamos de nuevo pronto y me cuentas cómo ha ido.
Perfecto, un placer y mil gracias.
¿Te ha gustado nuestra entrevista con David Otero? No te pierdas la que hicimos a Cepeda con la ayuda de algunos de sus mayores fans ¡Aquí la tienes!
