Hablamos con los actores con motivo del estreno de ‘Historias’, donde comparten cartel (¡pero no pantalla!), acerca no sólo de la profesión, sino de cómo se ven tanto a sí mismos, como el uno al otro, en este complicado mundo.

En la era digital, no todas las entrevistas son ya cara a cara, y gracias a Zoom podemos hablar con varias personas que se encuentran en diferentes puntos de nuestro país o incluso del mundo. Lo sé: esta frase de inicio sorprende a absolutamente-nadie (quizás a quien acaba de despertar de un profundísimo sueño de cuatro años), pero quería comenzar aclarando que Albert Baró, Diego Domínguez y yo organizamos una videollamada para hablar de su último proyecto. Trabajaron juntos en la telenovela ‘Argentina, tierra de amor y venganza’, donde compartieron pantalla, algo que ahora no hacen en ‘Historias’, una emotiva película de Paco Sepúlveda compuesta por 11 relatos que recorren todas las etapas de la vida. Diego llega antes a la “quedada” virtual, y me explica que estos días está dedicándose al entrenamiento, siendo la calistenia (que consiste en entrenar con su propio peso) su preferido. En el instante en el que se conecta Albert, y tras haber resuelto los clásicos momentos en los que alguien tiene el audio desconectado, mientras que a “alguien” (yo, lo confieso) se le desconecta la cámara, decido comenzar con otro clásico.


DIEGO DOMÍNGUEZ
Look beauty DIOR
Traje y camisa MANS CONCEPT
Calzado DOLCE & GABBANA

ALBERT BARÓ
Look beauty DIOR
Traje y camisa MANS CONCEPT
Calzado CAMPER


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Fotos Manu Bermúdez
MUAH Junior Cedeño
para DIOR beauty
Estilismo Enol Blasco
Entrevista Marita Alonso
Localización Hotel UMUSIC Madrid
Gracias a DYP Comunicación


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Contadme sobre vuestros personajes y acerca de cómo el proyecto llegó a vuestras manos.

Albert Baró: El personaje me llegó a través de Diego. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, y además de ser compañeros de trabajo, somos muy amigos. Paco Sepúlveda ya tenía el proyecto en mente y tenía mi historia, que se centra en la etapa en la que se sale de la adolescencia al mundo de los jóvenes adultos. Diego me lo presentó una noche en Madrid y nos entendimos a la perfección. Creo que Paco valora mucho la sensibilidad, porque justamente la película habla de esto. Es una historia muy bonita que explica una etapa en la que los personajes son jóvenes, pero ya no tan ingenuos como en la historia previa, que es la que precisamente, protagoniza Diego. Son personajes a los que les habrán pasado ya ciertas cosas que les han marcado pero todavía no tienen las herramientas para gestionar según qué conflictos. Es una pareja que se ama, pero cuando surge un pequeño cambio, sus mundos vibran. La distancia no es fácil, y menos cuando se trata de un vínculo estrecho hacia dos personas. Ellos tienen un proyecto compartido, que es seguir juntos y vivir experiencias como pareja, pero de repente, el personaje de Malena se tiene que ir para comenzar su proyecto personal. Esos dos mundos se tienen que saber gestionar y hablar, y mi personaje es un chaval que no tiene todavía esa herramienta de la escucha; se comporta desde un lugar algo egoísta, porque se centra en sí mismo y no centra la energía hacia su pareja.

Diego Domínguez: Yo cuento, como comenta Albert, la tercera historia de la película. Se basa en la primera vez que se hace “el acto sexual”. Interpreto al hermano mayor de la dupla, cuando en la vida real, soy el hermano pequeño. Por eso sé bien lo que significa admirar a esa figura del hermano mayor, y aquí me tocaba ponerme en la piel de lo contrario, de ser el ejemplo para mi hermano pequeño. Yo doy los consejos y en esta escena, mi hermano adquiere una forma casi sobre interpretada, porque es un adolescente que tiene un lío tremendo en la cabeza, y yo estoy para desenmascarar ese lío. Siento que esta historia da algo de aire a la película, porque venimos de respirar el dramatismo y la nostalgia de la primera historia, a la que siguen la ternura y la sensibilidad de la escena de Albert. Vengo a ser el gamberro, porque estoy vacilando a mi hermano, y ya la siguiente historia retoma esa intensidad que caracteriza a la película. Tengo la suerte de ser muy amigo de Paco Sepulveda, a quien conozco desde 2016, y siento que tiene una manera de escribir muy particular con la que conecto plenamente. Siento que lo que escribe o lo he vivido, o lo viviré. Me resulta sencillo interpretar los papeles que me ha propuesto, porque este es mi tercer proyecto con él. Es un director que deja mucha libertad, y no es tan estricto ni egocéntrico como para decir que hay que seguir a rajatabla las cosas.

Por lo que decís ambos entiendo pues, que el director os ha permitido moldear a vuestros personajes, ¿no?

D.D. A Paco yo creo que lo que más le interesa es que el personaje “esté flojito”, como él mismo dice. Le encanta que esté vulnerable a la situación, porque es lo que dramáticamente, más le gusta.

A.B. Por lo que he podido hablar con él y viendo ‘Historias’, creo que Paco le da importancia a todo lo que no se explica por texto. Le importa el subtexto, ama la parte de conectarse con uno mismo, con el otro y las contradicciones. En el guión tienes unas pautas, pero luego él te da la libertad de poder explorar como actor. Esta posibilidad te hace estar muy atento, vivo y presente, y es algo que como actores, valoramos muchísimo.

D.D. A todos los que conformamos la película nos ha tocado jugar el juego del que habla Albert. Son escenas largas, de hasta 11-12 minutos, algo que no es lo convencional. Siento que esto te obliga a estar presente y alerta ante todo lo que está pasando para poder así sacar el máximo provecho a la conexión que estás teniendo con quien compartes escena.

A.B. En mi caso, por ejemplo, conocí a Malena el día anterior de la grabación. Paco quiso grabar un plano secuencia que al final, en montaje, es un falso plano secuencia, pero como comento, en rodaje sí lo fue. Dura 15 minutos sin cortes. Fue como una obra de teatro o incluso como la vida real, donde no hay cortes. Fue maravilloso explorar y experimentar con una compañera tan generosa como lo es Malena, con la que poder volar y jugar.

En la película algunos personajes pasan, como hemos comentado, de niños a adultos. ¿Habéis notado lo mismo a la hora de recibir propuestas de papeles? ¿Os encontráis con roles que reflejan el paso de joven a joven adulto?

D.D. De hecho, quisiera que se notara más todavía. Tengo 32 años y siento que puedo hacer personajes tanto más jóvenes como mucho más adultos, pero en este sentido, siento que muchas veces, no te tienen en cuenta para según qué rango de edad. Pero somos actores, y tanto Albert como yo nos dedicamos a esto desde pequeños, por lo que ya nos encargaremos de transmitir ese peso de vivencia a un papel de alguien con mayor edad. Yo ya tengo un grado de vivencia y experiencia, por lo que puedo quitar y poner lo que me da la gana. Me arriesgo a decir que puedo interpretar un papel de alguien de 50 años.

A.B. Lógicamente, con el tema de la edad entra en juego el aspecto del físico y de aparentar o no una edad, pero creo que ambos podemos tener un amplio margen de edades, porque los dos podemos ponernos o sacarnos diez años. Sin embargo, está también la parte de la madurez emocional. Eso o lo tienes o no, es algo que dictamina la edad que tienes en realidad. Tú sabes si puedes estar preparado o no para explicar según qué historia. Los personajes eligen al actor y nos sirven para entender cosas de nosotros. Es algo que va relacionado con el crecimiento, con el paso del tiempo, con ir madurando y aprendiendo.

¡Sigue leyendo la entrevista con Diego Domínguez y Albert Baró y viendo más fotografías en la siguiente página!