Imagino que, haciendo interpretación y rodeado de ingenieros, economistas y abogados, serías también el centro de atención del colegio mayor…
(Risas) Pues un poco si (risas). Era el “original”, por decirlo de alguna manera (risas). Me hacían muchas preguntas de las cosas que hacíamos en clase y compartía con ellos muchas anécdotas de castings.
Háblame de esos primeros castings ¿Cómo viviste esa época?
Pues esto lo he hablado luego con compañeros de profesión y la verdad es que la forma en la que te enfrentas a una prueba cambia totalmente. Ahora parece que se acaba el mundo y todo gira en torno a hacer la prueba perfecta, pero entonces lo vivía de una manera mucha más despreocupada. Ya conocía a muchos de los que se presentaban a las pruebas conmigo y era muy normal que, mientras esperabas tu turno, te dijeran que esa noche habían quedado todos para hacer una fiesta en la casa de alguien o surgiera cualquier otro plan. Salía del casting, me iba al colegio mayor para cambiarme de ropa y para la fiesta que tocara que me iba (risas). Era todo mucho más inconsciente y relajado. En realidad, era como deben vivirse estas cosas. Con el tiempo he aprendido que el trabajo no lo es todo y que la vida personal y dedicar tiempo a la familia y a los amigos es fundamental para estar feliz.
«Con el tiempo he aprendido que el trabajo no lo es todo y que la vida personal y dedicar tiempo a la familia y a los amigos es fundamental para estar feliz.»
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