Pues me temo que somos muy jóvenes para eso…
(Risas) Un poco sí, pero ya te digo que ya me lo estoy montando para poder hacerlo muy pronto (risas).
Desde luego este año te has lucido con tu filosofía ¡En 2016 vas a hacer 4 estrenos de películas! Explícame como encajas eso con sembrar tomates y llevar una vida contemplativa…
Hombre no te lo tomes al pie de la letra (risas) Además las películas es cierto que se estrenan este año pero algunas las he rodado hace dos. Los actores, aunque a veces estemos hasta en la sopa con las promociones de los trabajos, tampoco te creas que trabajamos tanto (risas). Cuando tienes un rodaje de una serie para la tele o una obra de teatro con varias representaciones semanales, evidentemente sí, pero en el caso del cine… Ruedas en dos o tres meses y esperas al estreno.
Por el tema de la inestabilidad de la profesión ni te pregunto porque intuyo, por lo que me cuentas, que estás encantado con ello…
Cualquiera que se dedique a esto tiene algo en la personalidad que hace que busque una vida inestable. Y sé que puede sonar muy bestia ¡pero es que es así! No solo por tener que entrar y salir de la piel de personajes muy diferentes entre sí, también por los cambios de ciudades para rodar, de compañeros,… Los actores somos inestables por naturaleza, eso es así (risas).
Quizá por eso, para encontrar un centro, muchos de los que me encuentro en el camino desarrollan una filosofía de vida un tanto mística. Espiritualidad, psicomagia, terapias alternativas…
Está claro. Los cambios bruscos a los que nos sometemos hace que cada uno busque ayuda en algo para encontrar un equilibro interno. Unos lo encuentran en el yoga, otros en la meditación, psicomagia… Al final se trata de encontrar la manera de estar estable dentro del caos (risas). Supongo que todo lo que amo el contacto con la naturaleza también viene dado por eso. La paz que encuentro en esos momentos me ayuda mucho a cargarme de energía.
«Los actores somos inestables por naturaleza.»
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