Su primer papel en una serie de televisión nacional ya le ha hecho ganarse el titulo de “nuevo guaperas de la tele” y, por lo que hemos hablado con el, tiene todavía muchos más motivos para quedarse.

 

Arquitecto, modelo pero, sobre todo, actor por vocación. Gonzalo, su personaje en “Amar es para siempre”, es un máster en el que conocer en profundidad una profesión que ama y que parece querer darle su oportunidad.

Te presentamos a un tio que puede que te de un poco de rabia. Porque, sí, además de ser todo un guaperas, apetece irse con el de cañas y sabe ponerse profundo cuando toca. Charlamos de sus inicios, de la serie, de la fama… ¿Nos acompañas?

Fotografía ADOLFO CALLEJO
MUAH JUAN PACHECO
Studio Muaks & TheArtistTalents
para GHD y MAC COSMETICS
Realización MANU BERMÚDEZ
Localización SEAGRAMS ONLY YOU HOTEL

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Antes de dar el salto a la interpretación hiciste tus pinitos en moda ¿me equivoco?

En realidad empecé antes con la interpretación. Fui a un colegio, el Estilo, donde se potenciaba mucho el tema artístico, y allí tuve mi primer contacto con el teatro a los nueve años. Recuerdo que hice una adaptación de “La flauta mágica” (Risas). Era un enano. Luego, con dieciséis años, ya empecé un poco más en serio haciendo un curso anual en el que ya vi que me quería dedicar a esto de una manera profesional.

¿Y cómo se cruza la moda en todo esto?

Pues cuando dije en casa, a los dieciocho años, que quería estudiar interpretación. Básicamente me dijeron “Vas listo” (risas). Asique se cambiaron los planes.

Pues habiéndote metido en un colegio tan artístico como el Estilo suena raro que luego no apoyaran tu vocación…

Ya, es que hubo un cambio de colegio (risas). Después del Estilo me metieron en un colegio alemán y ahí se acabó el espacio para el arte. En fin. Que me dijeron que de interpretación nada de nada, asique opté por algo relativamente artístico. Arquitectura. Lo empecé pensando que lo de la interpretación se me acabaría pasando. Me fui a Valencia a estudiar la carrera y allí empecé a trabajar de noche, de azafato en eventos… Y, a raíz de eso, surgió el empezar a trabajar con una agencia de modelos. Hacía alguna sesión de fotos, desfiles y, sobre todo, mucha publicidad. Y ahí, en los rodajes de los anuncios, volvió a meterse el gusanillo de la interpretación.

Sin embargo, sigues estudiando y trabajando en moda

Los dos últimos años de la carrera los compaginé con interpretación, tenía que acabarla. De lunes a miércoles estaba en Valencia estudiando arquitectura y los miércoles me venía a Madrid para hacer clases de interpretación hasta el viernes. Seguí vinculado también a la moda mientras tanto trabajando con agencias en Berlín, porque me fui unos meses allí a hacer un Erasmus, en Milán… Y acabé en UNO, la agencia de Fernando Merino, hasta que, una vez acabada la carrera y estudiando interpretación, resultó imposible compaginar castings y trabajos de la agencia con las clases. Hable con la agencia y ese fue el final de la etapa como modelo.

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Camisa PEPE JEANS / Camiseta CHEAP MONDAY / Pantalón WRANGLER

Suena a una época intensa…

Era joven (risas) Lo de dejar la moda fue porque tenía claro que había sido una etapa pero que lo que realmente me apasionaba era actuar. Me ayudó durante un tiempo económicamente pero no era a lo que me quería dedicar.

¿La experiencia fue buena?

Si, buenísima. Fueron años muy divertidos y en los que conocí gente genial. Tengo muy buenos recuerdos y buenos amigos. Juan Betancourt, que vi las fotos que hizo para MADMENMAG y sé que le conoces, es un gran amigo de esa época.

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