Tres destinos gastronómicos con sabores y culturas tan distintas como Galicia, Italia y Argentina, se encuentran en uno de nuestros nuevos restaurantes fetiche. Mamá Chicó desembarca en el centro de Madrid después de arrasar con cinco locales en tierras gallegas. Aquí te contamos porqué no debes perdértelo.
La historia de Mamá Chicó se maceró a fuego lento, como se macera la pasta, el pan y la pizza en su obrador artesanal de La Coruña. Una historia que cuenta con 30 años de tradición familiar y comenzó en una pequeña panadería coruñesa regentada por Héctor Presumido, un experto panadero argentino, que tras años dedicados a transformar la harina en auténticas maravillas gastronómicas, decidió, junto su hijo Martín, crear un restaurante donde sus masas tomaran forma de finas pizzas con ingredientes gourmets y pastas frescas artesanas.
Martín Presumido, dio forma a esta idea y la llamó Mamá Chicó en honor a la matriarca de la familia. Una idea que nació con la pretensión de conjugar recetas italianas, argentinas y gallegas donde se entremezclan los ingredientes de forma tan magistral, que destacan todos los sabores de cada plato.
Son santo y seña de la carta sus pizzas tradicionales, de masa extrafina y con ingredientes de alta calidad. La carta va cambiando dependiendo de la temporada, aunque hay recetas inamovibles como la de jamón ibérico con huevos rotos y aceite de trufa, la de boletus y trufa con ricotta, lascas de parmesano y rúcula o la de salmón ahumado con puré de aceitunas negras. Todas están disponibles en dos tamaños y se pueden pedir de dos sabores distintos. La pizza mediana es de 30 cm y la grande mide 62 cm de largo, convirtiéndose en una de las pizzas más grandes que se pueden encontrar en Madrid.
Para los amantes de la pasta, los raviolis, fetuccini y sorrentinos -directamente traídos de su obrador en La Coruña-, acompañados con ingredientes como el foie con cebolla caramelizada y trufa, el pesto verde, un salteado de setas y huevo, curry, trufa o huevo escalfado, harán las delicias de los paladares más exigentes.
Los entrantes de Mamá Chicó, son los platos que mejor recogen la esencia de las tres cocinas que convergen en sus fogones. Prueba de ello son la burrata con helado de pesto verde y polvo de aceituna negra, las zamburiñas gallegas a la plancha con patatas crujientes, huevos rotos y trufa o el pulpo de las Rías Baixas a la parrilla con puré de patata trufado.
Justo en el centro del restaurante nos encontramos con la joya de la corona: Chicó Bakery, un pequeño obrador acristalado con decenas de suculentas tartas donde la repostera Ana Cruelles nos deleita día a día con sus postres y panes caseros con ingredientes naturales. La tarta de Milhojas con dulce de leche, el Lemon pie con merengue suizo o el Apple crumble son de los pasteles más solicitados, tanto para desayunar y merendar como para darse un homenaje tras el almuerzo o la cena.
El ambiente que envuelve al restaurante invita al relax y a la tranquilidad, ya sea en el primer espacio, una pequeña terraza cubierta rodeada de flores con aire bucólico, en su salón principal con mesas de madera y hierro forjado que se funden con la suave luz que emerge de sus bombillas y lámparas de estilo vintage, o en el espacio privado tras la cocina. Todo ello decorado con flores y plantas que están presentes, como detalle curioso, hasta en sus baños. Mamá Chicó, es uno de los pocos restaurantes con obrador propio y el único sitio de Madrid inspirado en la cocina de tres lugares hermanados por la cultura, la tradición y la gastronomía: Galicia, Italia y Argentina.
Perfecto para una primera cita, para una cena con amigos o para desayunar sano y rico cualquier dia de la semana. Si eres, como nosotros, un amante de la tradición más sibarita… ¡No puedes perdértelo!
Mamá Chicó Madrid:
C/ Recoletos 10
Tlf reservas 911 57 42 46
www.mamachico.com