Actúa, pinta, tiene su propia productora y en abril presentaba su libro, “Los prospectos de mis medicamentos”. La vida de Guillermo Lasheras navega entre proyectos versátiles y la riqueza de los contrastes, esos que van desde las alfombras rojas y la adrenalina de los rodajes hasta disfrutar de una tarde rodeado de sus amigos de toda la vida, ir a pescar o comer frutos de su huerto en familia.
El actor, conocido por algunas de sus interpretaciones como “A través de mi ventana” se define como alguien “muy consciente de todo y no demasiado intenso”. Un tándem de rasgos entre lo creativo y lo racional que se traduce en un artista poliédrico que disfruta aprendiendo de los desafíos y también de sus registros. “Si trabajo prefiero que sea complicado, que suponga un reto”.
Fotos Manu Bermúdez
MUAH Nerina Frean
para GIVENCHY BEAUTY
Estilismo Paula Peña
Entrevista María Muñoz
Localización Hotel Montera Madrid
Gracias a TANDEM TALENT
Entrevistamos a Guillermo Lasheras ¡No te lo pierdas!
En abril has presentado tu primer libro, “Los prospectos de mis medicamentos”, que defines como un ensayo. ¿Por qué te has decidido a lanzar esta obra?
Fue a través de mis representantes. Ellos sabían que escribo, lo hago desde pequeño y siempre que puedo; cuando voy a pescar, cuando tengo tiempos muertos… Ya tenía muchos textos escritos y Planeta me lo propuso. Les pedí libertad absoluta para hacer lo que me diera la gana, y estoy agradecido porque siento que la he tenido.
Lo has dividido en cuatro bloques; amor, tiempo, muerte y arte…
Para escribir un libro tienes que darle una cohesión, y cuando me puse a revisar mis escritos me di cuenta de que todos giraban en torno a estos cuatro temas. Pensé entonces que si escribía sobre estos cuatro bloques significa que son mis ejes centrales.
Y eso que yo no soy muy intenso, de hecho, siempre soy consciente de todo. Al plasmar mis pensamientos sobre el papel me di cuenta de que tenía sentido metaforizarlos como los medicamentos que consumo a diario para sobrevivir. Por eso me pareció un buen título llamarlo “Los prospectos de mis medicamentos”.
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En el libro hablas de medicamentos y también de sus efectos adversos. ¿La fama es un efecto adverso? Un día te levantas por la mañana y tienes casi medio millón de seguidores en Instagram y titulares que te definen como la próxima promesa de Netflix.
Creo que, en tal caso, la fama es un efecto secundario, pero no lo considero para nada adverso, al menos hasta el momento, porque me ha dado mucho y estoy muy agradecido. Además, pienso que es un tipo de fama muy digital; yo salgo a la calle tranquilísimo, como mucho me reconocen y me piden una foto una vez a la semana, aunque también es verdad que siempre voy muy distinto de mis personajes y no suelen reconocerme. De hecho, cuando voy con compañeros actores muchas veces la gente me pide que les haga una foto con ellos, y cuando se dan cuenta de quién soy alucinan.
Entre tus aficiones está la pesca y también disfrutas del tiempo con tus amigos de siempre, de los rituales como saborear productos de tu huerta en familia… Eres una persona con los pies en la tierra. ¿Crees que eso juega un buen papel en este mundo caótico pese a que esa fama sea digital?
Que tengas familia y amigos que sobre todo no se dediquen a lo mismo que tú es un choque de realidad. A veces me quejo o me preocupo por algo que, después, visto con perspectiva cuando me junto con mis amigos, es una gilipollez. Creo que la vida trata de saber adaptarse al espacio y la gente con la que estás, y procurar que esa gente esté a gusto y bien. A mí me apetece saber cómo le va la vida a quien tengo cerca, no dar el speech de la maravillosa vida de celebrity, creo que eso marca la diferencia y hace que no pierdas a quien tienes desde siempre, algo que es muy importante.
De forma consciente o no, está claro que ese contraste también lo llevas a tus proyectos: tu productora, el libro, tus trabajos como actor y, si no me equivoco, también tienes hasta un taller de pintura y dibujo
Mi abuelo tenía un garaje con trastos y fragmentos de hierro de cuando soldaba. Yo hacía pequeñas formas con los trozos que sobraban y creo que de ahí me viene esa vena. En la sala de reuniones de la oficina de mi productora sí que tengo un pequeño espacio donde yo dibujo y pinto, no sé si es un taller porque no comercializo nada, al menos por el momento. Lo que sí hago es regalar cuadros a amigos y familia, pero lo hago porque es algo con lo que desconecto.
¿Y cómo compaginas todos estos proyectos?
Pues con algo de ansiedad y como puedo (risas), voy surfeando las olas y busco mis momentos zen, como ir a pescar. Tengo varias cosas y varios registros, y eso me hace muy feliz a día de hoy.