Como le ocurre a tantos personajes públicos, fue en Twitter donde en una ocasión mantuvo una acalorada discusión con un tuitero que le tildó de “fascista” por no estar de acuerdo con Pedro Sánchez. También vio cómo unas declaraciones suyas fueron tergiversadas, desatando así oleadas de odio que cada vez son más habituales. “La gente está demasiado agresiva. Estamos deseando que pasen cosas para meternos con los demás. Es terrible, porque ya no se puede decir nada. Antes el mundo era más divertido y libre”, dice. En más de una ocasión también ha reconocido que la fama le ha jugado malas pasadas, pero en la actualidad se encuentra en un momento mucho más sereno.
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“Tengo una relación rara con la fama, porque hay días que me cuesta más que otros. Es verdad que lo he trabajado mucho y ahora puedo estar, afortunadamente, más estable. Estoy en un momento en que prefiero estar muy tranquilo y quiero sentirme orgulloso de lo que hago. El primer termómetro de que algo había cambiado fueron las redes sociales, porque se empezaron a disparar los seguidores. Ahora me las gestiona un amigo”, reconoce. Intentamos saber si recibe muchos mensajes subiditos de tono, pero no tenemos suerte. “Sí, pero es que eso ya ni se bichea… Mejor no”, dice entre risas Jaime, que en ‘El Hormiguero’ explicó que fue a Los Ángeles tan sólo para demostrar que es un caradura. Le preguntamos si no había una forma más económica de demostrarlo y dice que esa misma pregunta se la ha hecho infinidad de veces desde entonces. Asegura que no era el momento de trabajar fuera, y hasta la fecha, no se plantea hacer las maletas. “Ahora mismo estoy creando hogar: me apetece estar en casa y estoy muy agusto aquí”, dice el actor, a quien la paternidad le ha cambiado como persona y como actor. “Al final, todo lo que sea conocer nuevos recovecos dentro de mí es algo positivo. La paternidad me ha despertado una serie de cosas y me ha puesto en contacto con un lado de la emoción y de los sentimientos que antes no conocía”, reconoce. Confiesa que al tener una hija, la complicada relación que tantas mujeres tienen con su cuerpo a causa de los filtros es un tema que le trae de cabeza. “Es un asunto que me preocupa bastante. Esto se tiene que legislar de alguna forma y se tiene que gestionar mejor. Se tiene que explicar en los colegios y tiene que haber un control, porque está poco regulado. Es algo que está disparado, y se pueden hacer demasiadas cosas. Es un asunto terrible que me preocupa mucho”, dice.
Suponemos que la paternidad también hace que ahora tenga más en cuenta las cuestiones económicas a la hora de coger papeles, porque decir que no a un proyecto siendo padre, da más miedo… ¿O no? “Es que, ¿acaso no consiste en eso trabajar? Trabajar de lo que te gusta es ganar dinero sin que te joda mucho. Mientras mi familia esté bien, yo estoy feliz”, dice tajantemente Lorente, que ha reconocido sufrir en alguna ocasión el síndrome del impostor. “Creo que es tan difícil este trabajo, en el que hay tanta precariedad y hay tantos compañeros sin trabajar, que es casi un privilegio poder vivir de actuar. Al ser tan complicado a veces, cuando consigues cosas, te preguntas si realmente te lo mereces. En ocasiones, es difícil de gestionar”, asegura.
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A punto de terminar el rodaje de ‘Mano de Hierro’, una serie de Netflix junto a Natalia de Molina, Chino Darín y Eduard Fernández, dice estar feliz con el resultado. “Ha sido un rodaje muy intenso y creo que va a quedar un trabajo maravilloso. Hemos grabado todo en exteriores, pues no hay ninguna secuencia de plató, y la verdad es que hemos sudado”, dice para finalizar Jaime Lorente, que grabó durante seis meses en Barcelona su nuevo proyecto.
Mientras tanto, podemos disfrutar de su primera aventura en el terror en la que por fin, por cierto, no interpreta a un hombre despiadado, aunque como él aclara, es “un hombre de la época”, por lo que no esperéis de él empatía, vulnerabilidad ni emociones, esas que Jaime maneja a la perfección y que nunca intenta esconder. Al final, ser intérprete consiste en el arte de acariciarlas, y Lorente lo hace desde la poesía, desde la música, desde la actuación y por supuesto, desde el papel del que ahora está más orgulloso: el de padre.