Los trabajos ¿Cuándo empiezan a llegar?
Tuve la suerte de poder estar vinculado con la profesión desde mi llegada. El primer trabajo que tuve fue de acomodador en el cine y eso me permitía ver todas las películas que se proyectaban. Además, entre tú y yo, lo usaba para practicar. Digamos que interpretaba a un acomodador de cine (risas). Luego llegaron los primeros papeles en el teatro, que es una escuela maravillosa…
¿Y el sentirte estable en la profesión?
En esto es muy difícil sentirte estable aunque tengas mucho trabajo. A día de hoy me siento afortunado de poder vivir haciendo lo que me gusta y poder elegir incluso los papeles que interpreto pero es muy difícil sentirse totalmente relajado en este trabajo. Supongo que como en todos. Si te pregunto a ti cuando te sentiste periodista, aunque ahora tengas tu revista y la disfrutes, supongo que también te costaría. Una cosa es lo que perciban los demás, para los que por supuesto lo eres, y otra es como lo vivas tú mismo. Para mí esto es un viaje, un proceso que se cómo ha sido y como es pero que no tengo ni idea de cómo seguirá.
Bueno, desde mi punto de vista, que supongo que es el mismo que el de la crítica y la industria, tú ya eres un actor consagrado de nuestro país ¿No lo sientes así?
Pues es un honor que lo consideres así y me imagino que habrá opiniones de todo tipo. He tenido la suerte de trabajar con directores a los que admiro y de poder trabajar en proyectos maravillosos dando vida a personajes que he amado… Pero, de verdad, me siento un obrero de la interpretación. Uno más. Afortunado y currante, eso sí, pero nadie especial.
Y desde esa manera de verlo ¿Cómo vives los premios, reconocimientos,…? Me choca que, alimentando el ego con tanta alabanza, puedas mantener una postura tan racional…
Ahí está la importancia de, pese a todo lo exterior, tener muy claro quién eres tu despojado de todo eso. Cuando haces ese ejercicio te das cuenta de que los premios, que son geniales y claro que te dan ánimo, no son solo más que premios. El cariño de la gente, los autógrafos,… la fama en general, es algo que hay que digerir y a la que hay que dar el lugar que le corresponde si no quieres que te coma.
Pues parece una buena filosofía de vida, supongo que a veces será difícil mantenerla pero desde luego tiene que ayudarte a llevar mejor el que te miren cuando entras a un restaurante…
Son muestras de cariño, de respeto,… Nunca he tenido experiencias negativas y entiendo que mi profesión es pública. Es normal que la gente me conozca y que en un momento dado se acerque para saludarme, pero eso no cambia nada de lo que sucede por dentro.
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