Con motivo del estreno de ‘La mujer dormida’, hablamos con el actor sobre terror, sobre el tiempo e incluso sobre… ¡La psicología de las abuelas!
De la mano de Dior beauty, descubriendo su nueva línea de tratamiento masculino Sauvage Mencare, nos encontramos con el actor Javier Rey escasos días antes del estreno de su último proyecto cinematográfico ¡No te lo pierdas!
Look beauty DIOR
Look GANT
Pañuelo LANVIN
Gafas POLAROID
Calzado DSQUARED2
Fotos Manu Bermúdez
MUAH Kley Kafe
para DIOR beauty
Estilismo Enol Blasco
Entrevista Marita Alonso
Localización
Palacio de los Duques Gran Meliá
En el proceso de preparación de una entrevista, lo habitual es no sólo ver los últimos trabajos de los actores o actrices a entrevistar, sino repasar también algunas entrevistas de su pasado para comprender la mentalidad de cada personaje e intentar crear así conversaciones en un tono desde el que poder conocer lo máximo al interlocutor. Al hacer lo propio con las de Javier Rey, confieso que sentí cierta presión, pues en alguna de las entrevistas con las que me topé, el periodista señalaba que el actor respondía con monosílabos, la palabra que más miedo puede dar a quien va a entrevistar a un personaje. Sin embargo, desde el primer momento Rey me hace ver que el miedo a las respuestas tajantes era infundado…
Pero detengámonos en el miedo, porque el motivo de nuestra conversación hoy es precisamente el inminente estreno de ‘La mujer dormida’, un thriller psicológico dirigido por Laura Alvea que protagoniza junto a Almudena Amor, que interpreta a una auxiliar de enfermería que cuida a una mujer en estado vegetativo y que es la esposa del personaje al que da vida Javier Rey. En el instante en que entre la auxiliar de enfermería y él se desata la chispa, entran en juego una suerte de extraños fenómenos que parecen querer separar a la pareja… Y hasta aquí podemos contar.
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Laura Alvea es la directora de ‘La mujer dormida’. ¿Qué te parece de esta oleada de mujeres que han tomado las riendas del cine de terror?
En realidad, Laura es una directora con mucho talento, no sólo en el género del terror. Lleva muchos años trabajando dentro de la industria y sabe mucho de cine. Sabe bien lo que quiere contar y maneja una gran variedad de lenguajes con los que narrar historias, por lo que al final, ‘La mujer dormida’ es una parte más de sus múltiples talentos. Sólo te digo que estoy en la película porque Laura me gusta mucho…
Lo cierto es que habíamos trabajando juntos hace tiempo, cuando ella estaba en el equipo de dirección. Cuando me llegó la propuesta, quedamos para tomar un café. Nunca habíamos charlado en profundidad, y al final todo fue muy sencillo: en ese café hablamos de todo, menos de la película. Me gustó mucho su manera de enfocar tanto el cine como el trabajo, así como la manera en la que se acerca a los actores. Es maravilloso trabajar con una persona tan talentosa. En resumidas cuentas: sin tan siquiera hablar de la película, en esa cafetería dije que quería trabajar con ella.
¿Deja lugar a la improvisación o es de las que tiene una manera de dirigir casi quirúrgica?
Hay tantas maneras de redirigir como directores y directoras, y ella confía en sus actores. Tiene muy claro qué es lo que quiere y te permite jugar mucho, para que te quedes tranquilo. No hay ninguna imposición, sino un diálogo y un punto en común. Así, genera un ambiente muy cómodo en el set. Es algo de agradecer, y sin duda, de todos los directores, directoras y maneras de dirigir que he vivido, esta es la que se acerca, para mí, a la perfección, porque tienes a alguien que da respuestas concretas a tus dudas, te sabe guiar, te deja jugar y es buena persona.
Lamentablemente, incluso a día de hoy hay quien justifica y ensalza a esas figuras casi titánicas que imponen un clima de tensión en el rodaje…
Ese clima de tensión y de miedo, lejos de ser necesario, es una carencia. Saber trabajar y tener un buen resultado no implica ser un tirano ni un maleducado. Este es un trabajo en conjunto, y lo que ha de pasar es que todos trabajen mucho en casa para establecer un diálogo y sacar las escenas adelante. La tiranía no tiene lugar en mi vida.