No es fácil hablar de la película sin spoilers. Háblanos un poco de tu papel.
Es un hombre que necesita tener a alguien al lado; es una de esas personas que solas, se diluyen. Necesita a alguien a su lado para poder respirar, y eso va dando pasos hasta montar algo a su alrededor que iremos viendo a lo largo de la película…
¿Te gusta el terror o eres de los míos, que te aterras?
Prefiero hacer películas de terror que verlas. Sin embargo, en realidad soy de buenas pelis. Me gustan las buenas historias que están bien contadas: me da igual el formato y el género. Hemos tendido a clasificar demasiado todo, y creo que simplemente, tendríamos que diferenciar entre películas buenas y las que no lo son tanto. Una buena película de terror es igual que una buena comedia romántica. No creo que haya un género mejor que otro.
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En el cine de terror, como en la comedia, los “tempos” son esenciales. ¿Qué relación tienes tú con el tiempo?
Tengo una relación enorme con el tiempo. He hecho películas con viajes temporales que han ocupado mucho tiempo en mi cabeza. Además, me gustan los relojes y según voy teniendo una edad, voy viendo el paso del tiempo. Cuando hice ‘Sin fin’, recuerdo todos los debates que se generaban sobre viajar en el tiempo hacia atrás, qué haríamos y que evitaríamos hacer si viajáramos al pasado… Estábamos todos, de repente, saliendo del proyecto con 17 vidas paralelas, si pudiéramos.
¿Cambiarías muchas cosas del pasado, si pudieras?
No cambiaría grandes cosas. Sin duda dejaría tal cual los grandes hitos de mi vida… Pero como todo el mundo, sí variaría algunas cositas… ¡Pequeñeces!
¿Qué es lo que te da más miedo en la vida?
Supongo que la enfermedad y muerte de quienes quieres… Y las de uno mismo, claro.
Te hemos visto actuar en muchas películas y series. ¿Cómo se vive esa cápsula espacio temporal a la que te lleva una película, frente a ese proceso más dilatado en el tiempo que define a las series?
Cuando empezaba en esto, existían diferencias entre los rodajes de cine y los de las series. Sin embargo, si ahora te ponen una venda y te dejan en un set de rodaje, no sabrías si se trata de una película o de una serie. Se ha hermanado la forma de rodar. Para mí, depende del personaje que te toque. Las dinámicas de vida me las va mandando el personaje. Puede ser que hagas una película que dure un mes y medio y te exija que tu personaje esté ubicado en un lugar complejo y oscuro, y de repente, ese mes y medio se te antoja eterno, porque si sufre, yo sufro con él. Ir a trabajar, sumado al proceso de creación del personaje, hace que hablemos de tres meses que pueden ser más densos que un rodaje de siete meses con un personaje concreto en una serie. También depende de si rueda en tu ciudad o fuera, claro.
Has hablado de “personajes oscuros”. ¿Te los llevas a casa?
No me llevo el personaje a casa, sino lo que me ha provocado. Si has tenido una jornada o una semana dura donde el personaje tiene una intensidad alta, tu cabeza entiende, cuando llegas a casa, que eso no es real, pero tu cuerpo no lo entiende así. Si te has generado cierto grado de ansiedad, la cabeza sabe que eso que te has autogenerado no es real, pero tu cuerpo lo siente. Por eso al final, en mi caso, no es que me lleve el personaje a casa, pero sí es cierto que me llevo sensaciones de lo que me ha provocado.