¿Eres de los que se ve y se sobreanaliza en la pantalla, de los que se ve y lo disfruta o de los que no se ve siquiera?
Soy muy analítico, y creo que verme forma parte del crecimiento. Tú quieres contar algo de una manera determinada, pero a veces, se pierden sensaciones o perspectivas, mientras que otras, estás afinado. Más que verme para sacar el látigo o para que el ego crezca, me veo para saber si estoy en la frecuencia adecuada, y me disfruto entonces incluso como espectador. Si trabajas fuerte, nunca estarás mal, pero quizás ves una frecuencia desacertada y si lo analizas, lo resuelves.
Si fueras ciclista, quizás ahora estarías retirado. ¿Qué harías con ese tiempo?
No sé si habría montado una tienda de bicis o qué habría hecho… El espectro de ciclistas retirados ha de ser variado, y sería uno más. No tengo imaginación ni para saber cómo habría sido como ciclista profesional, así que imagina…
Y si te retiraras como actor, ¿qué harías con ese tiempo?
No va a ocurrir. Me gusta demasiado esto como para retirarme. Me encanta mi trabajo y disfruto mucho haciéndolo. Obviamente, el tiempo de parón es necesario, pero no lo suficiente como para retirarse a la casa de campo.
¿Qué hace que un guión te atrape?
Un guión ha de ser bueno, lógicamente, y ya cuando hago la siguiente lectura, en función al personaje que se me ofrece, valoro el grado de dificultad, si se acerca a algo que he hecho o no… Una de las cosas que quiero es tener la mayor diversidad de personajes, géneros y maneras de hacer. Hay veces que pasan por mis manos guiones muy buenos, pero siento que han tocado algo que ya he podido hacer y entonces, me dan más reparo.
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¿Qué es lo que más te molesta de la fama?
Paso bastante de todo lo que se escape de mi labor en la industria. La fama tiene cosas bonitas, como cuando alguien se te acerca para decirte que un papel que has hecho le ha transformado, pero luego están quienes simplemente saben que eres conocido y no saben ni por qué les suenas. Lo acepto como parte de mi posesión.
Llevas dos décadas sin parar haciendo teatro, cine y series. ¿Hay miedo a que el teléfono deje de sonar?
No.
Monosílabo merecido, pero si pasa, ¿tienes plan b?
No: no tengo que tenerlo. Si uno trabaja fuerte y lo hace bonito, el teléfono no tiene por qué dejar de soñar. Otra cosa es que termines por tener la carrera que te habías imaginado, pero no conozco a ningún actor bueno al que no le suene el teléfono.