¿Y eso cómo lo gestionas?
Siempre y cuando la gente no sea maleducada, lo respeto. Si quieren una foto, me hago una foto, y si en ese momento no me veo con fuerzas, entonces me quedo hablando un rato con ellos. Al final, para ti supone un momento, pero para alguien que te admira es algo que quizás recuerde durante un tiempo, entonces no cuesta nada. No quiero decir que a veces no cueste, pero veo a Pedro Alonso, con una fama brutal y siempre tan de buen rollo con la gente, que pienso que hay que gestionarlo así.
Ha pasado mucho tiempo desde tu paso por Acacias 38. Los actores dicen que en esta serie se aprende mucho, ¿en qué notas tu evolución desde entonces?
Creo que, a nivel técnico, mi mayor evolución ha sido con Berlín, en Vancouver (productora) tienen un trabajo técnico que es espectacular y milimétrico. En “A través de mi ventana”, que fue mi primera película, aprendí un montón también, por ejemplo, sobre las escenas de sexo, que es algo a lo que antes o después tienes que enfrentarte como actor y pienso que en esta película se trata desde la belleza y el amor, que son clave. Pero ya en Acacias 38 aprendí mucho, sobre todo a coger soltura con guiones y absorber conocimiento de gente que está a tu lado y sabe muchísimo.
Look beauty DIOR beauty
Traje DUARTE
Camiseta ABANDERADO
Gafas Etnia Barcelona
Calzado GLENT



En cinco años tu trayectoria ha implosionado, así que, ¿dónde te ves en otros cinco?
Me gustaría verme en Los Ángeles. Eso, o en mi pueblo con un huerto. O quizás ambas, si pudiera compaginarlo… Diría que trabajar en Los Ángeles y poder vivir en mi pueblo el tiempo que no esté trabajando. También, por supuesto, trabajar con gente a la que admiro, aunque tengo la suerte de hacerlo con Pedro Alonso, Michelle Jenner y Tristán Ulloa en “Berlín”, entre otros muchos.





¿Y qué es lo más valioso que has aprendido en este recorrido? ¿Te ha marcado algún consejo?
No sé si es un consejo, pero con los años he aprendido a confiar en mi trabajo. En muchos momentos de mi vida necesitaba la aprobación del director. Rodábamos una escena e iba corriendo a preguntar si había salido bien, y su respuesta condicionaba totalmente en cómo me sentía. Pero la realidad es que, si ni al cámara, ni al técnico de sonido, ni al equipo eléctrico le dan la palmadita en la espalda, ¿por qué van a tener que dármela a mí? Ese cambio me ha supuesto mejorar mi salud mental en el curro. Si quieres aprobación, tienes que saber dártela tú mismo.

Hablando de trabajar en rodajes… Hay actores que son muy anárquicos sobre sus personajes, ¿entras a debate si no te cuadran cosas o sueles acatar siempre las normas?
No soy super debatiente, al final, el director y los guionistas hacen su trabajo y yo hago el mío. A veces sucede que hay textos que, al decirlos en voz alta, pueden sonar demasiado escritos. Hay gente que es capaz de interpretarlos de forma brutal y otras veces es más complicado. Yo creo que si algo no te cuadra siempre está bien decirlo, hay que luchar las cosas y, si tienen sentido, la mayor parte de las veces te dejarán cambiarlo. Si tú después te bloqueas, ya es totalmente culpa tuya.