Collares de cuentas de colores, gorros bucket, el estampado tie-dye y el uso masivo de crocs customizados con charms que parecen sacados de un jardín de infancia, dieron hace ya unos cuantos meses el pistoletazo de salida a esta tendencia juvenil; que lejos de conformarse con la moda, salpica a decoración, belleza y estilo de vida.
Y es que el Kidcore es más que una tendencia, es lo que los ingleses llaman “aesthetic”. O sea, toda una carta de presentación con la que mostrarnos al mundo y que empieza en nuestra forma de vestir y acaba en los filtros, sticks y colores que usamos en nuestras fotos de Instagram.
Foto de portada: KENZO
Mirada Nostálgica
Como su propio nombre indica, el Kidcore consiste en recordar nuestra infancia a través de nuestros looks. Vestir como un niño. O más bien como un adolescente. Porque esta estética se basa principalmente en los adolescentes de las décadas de los 80 y los 90. Y tiene como referentes a iconos teen de la época como Blossom, Punky Brewster, Steve Urkel, Webster o todo el elenco de Salvados por la campana.
Una tendencia terapéutica
Es el mejor antídoto contra el aburrimiento, porque sus vivos colores, estampados divertidos y mezclas imposibles te sacan de la rutina del día a día y te transportan a cualquier patio de recreo. De hecho, su germen, durante los meses de confinamiento, fue la respuesta desenfadada de miles de jóvenes a un momento de encierro donde lo único que podías hacer era expresarte a través de las redes sociales. Es precisamente en TikTok, donde chavales que aún no tenían edad como para tener nostalgia de su niñez recuperaban estampados retro, dibujos de arco iris y prendas de marcas como Barbie, Disney o Nickelodeon, muchas de ellas, pertenecientes a sus propios padres. La tendencia estaba servida.
Famosos Kidcore
Celebridades como Justin Bieber o Jaden Smith le dieron un enorme impulso cuando comenzaron a ser vistos vistiendo collares de abalorios multicolores. Se convirtieron inmediatamente en defesores de esta tendencia. De hecho, el cantante de «Baby» ha lanzado una línea de ropa, Drew House, cuyo logo es una versión de Smiley. Sí, la simpática cara amarilla con eterna sonrisa que dominó el mundo allá por los 90. Sus propuestas están llenas de color y de llamativos dibujos que serían la delicia de cualquier niño de 6
Influencia oriental
Decir que es una tendencia totalmente nueva tampoco sería justo. Algunas tribus urbanas asiáticas llevan décadas vistiendo de esta forma. De hecho, esta tendencia que ahora llega a todos los rincones del planeta gracias a las pasarelas, está claramente influenciada por el Manga y la cultura japonesa.
El ciclo de la moda
Que las redes sociales están cambiando muchas cosas es indiscutible. Una de ellas es la moda. Tradicionalmente las tendencias eran marcadas por las pasarelas, por los diseñadores y por los grandes creadores de moda, que a través de sus colecciones, influían en el gran público a la hora de vestirse. Hoy, con plataformas que permiten mostrar la creatividad de cada individuo la dirección ha cambiado. Y son los diseñadores los que, atentos a lo que se cuece en redes, diseñan sus colecciones siguiendo las tendencias que nacen de forma espontánea detrás de las pantallas.
Kidcore en la pasarela
Ante el auge de esta tendencia, cuyo hahstag #kidcore acumula más de 1,3 billones de visualizaciones y que ha sido destacada incluso por el The Wall Street Journal como la corriente del momento, los diseñadores han sacado su paleta de colores más estridentes y su imaginación más infantil para ofrecer colecciones divertidas y desenfadadas. Jeremy Scott lo lleva haciendo toda su carrera, con sus colaboraciones en Adidas o Moschino. Ahora grandes firmas como JW Anderson, Jacquemus, Kenzo, Come des Garçons, GCDS o Bluemarble Paris nos sorprenden con sus propuestas más juveniles.