¿Qué es lo que más te ha sorprendido descubrir sobre el mundo del porno?
Sin duda es la habilidad que tienen de disociar lo que hacen. También me ha ayudado mucho a entenderme como actriz, porque soy una persona bastante tímida, pero cuando estoy interpretando no me da nada de vergüenza. A la hora de hacer estas escenas, disociaban mucho creando un personaje y me di cuenta de que a mí como actriz también me pasaba. Por ejemplo, en algún momento en la sala Bagdad, donde tenían sexo en vivo, salían disfrazados y se creaban un personaje. Esto les ayudaba a eso, a disociar, a creer que eres otra persona y así protegerte. Eso me pareció curioso. Y era muy gracioso, porque había días que yo salía de tigre y Martiño Rivas de domador. Al final es un personaje, sientes que no eres tú y que puedes ser muy libre y no juzgarte.
Os habéis tenido que reír bastante en este rodaje… Y también uniros.
Me he reído muchísimo. Había días que eran bastante divertidos. Fue un rodaje muy intenso pero muy loco. Lo que he vivido con Martiño creo que no lo viviré con nadie. En tres meses puedes llegar a tener cierto nivel de confianza con alguien, pero cuando te enfrentas cada día a cosas tan surrealistas, te unes un montón. Y tengo que decir que en ningún momento me sentí expuesta en solitario. Siempre sentía que éramos Martiño y yo. Sentía ese compañerismo y esa confianza. En ese sentido me sentí muy unida a él.
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Y mientras rodabas esas cosas surrealistas, enlazaste con otro proyecto, ‘Las pelotaris’, que nada tenía que ver. ¿Cómo hace una para no volverse loca con dos personajes tan diferentes?
La verdad es que era un cambio de registro total. Y también de tiempo, porque es una serie de época. ‘Las pelotaris’ está basada en los años 20, así que me tuve que ir completamente a otro mundo. Creo que también me ayudó bastante a salir de todo lo de Nacho, porque había sido tan intenso que no me dio tiempo ni siquiera despedirme del todo. Pero lo que a mí más me gusta del mundo es hacer personajes que son totalmente diferentes y encima ‘Las pelotaris’ es una serie de mujeres pioneras, las primeras deportistas que cobraban en la Seguridad Social, que rompieron barreras.
Y ¿cómo es Itziar, tu personaje en la serie?
Es una mujer muy valiente, que no teme al qué pensarán. Es lesbiana, que imagínate lo que era en esos tiempos. Y se dedica al deporte y se gana la vida con ello, que en esa época… Es una mujer que tiene mucho que contar y que enseñar hoy en día. Y quizás lo que más me ha sorprendido de esta historia es que contamos algo que parece que ha quedado muy atrás, pero a la hora de la verdad las cosas no han cambiado tanto como parece. Estamos hablando de algo de hace 100 años y que parece que hablamos de algo de hoy en día.
Tienes 25 años, pero ya has trabajado a las órdenes de Rodrigo Sorogoyen y de Fernando León de Aranoa. ¿Cómo es trabajar con ellos?
Maravilloso. De Sorogoyen siempre digo que me parece un genio. Con él nada de lo que hace es casualidad. Controla cada detalle. Yo tenía 18 años con ‘Que Dios nos perdone’ y luego tuve la oportunidad de trabajar otra vez con él en ‘El Reino’ y es un sueño. En cuanto a Fernando, es una persona muy tranquila, que tiene las cosas muy claras. Me gusta mucho su manera de trabajar. Crea un ambiente en el que te sientes muy cómoda. Además, tengo que decir que trabajar con Bardem fue increíble. Es mi actor favorito. Y fue curioso ver su humildad, ver de cerca cómo trabaja. Es una estrella y ver que tiene esa manera de trabajar, en la que tienen en cuenta todo el mundo, es maravilloso y me hizo admirarle mucho más de lo que ya lo hacía. Así que otro sueño cumplido.