Tras haber dirigido, como actor, ¿consigues no estar tomando nota de todo lo que hace el director?
He desconectado porque es Rodrigo. Venir de dirigir y volver a reencontrarme con la interpretación y haber podido disfrutarlo ha sido gracias a él, porque ama a los actores, es especial y ama lo que hace. Es un tipo muy inteligente. Confieso que me fijaba todo el rato en cómo construye la película y en cómo rueda. Intentaba no salirme mucho del personaje, pero todo el rato estaba viendo cómo trabajaba él, porque para mí era una masterclass después de venir de dirigir. Fue una experiencia muy positiva.
¿Cómo ha sido trabajar con Anna Castillo?
Ha sido un regalo. Anna es una actriz enorme, cada cosa que dice le sale desde una verdad absoluta. Para mí trabajar un personaje tan denso y tener esa luz que Anna nos daba a todos era maravilloso, porque esa luminosidad era necesaria. Ella es así, tiene algo muy abrazable todo el rato, es una niña muy buena y una gran actriz. Ojalá poder volver a trabajar con ella.
Camiseta JACK & JONES
Cazadora DSQUARED2
PANTALÓN DSQUARED2
Look beauty TOM FORD


Tienes un registro de papeles muy variado. ¿Cuándo decidiste cambiar el rumbo de tu carrera y atreverte con personajes tan complejos?
Se me conoce más por una serie de papeles que han tenido más repercusión, pero desde siempre he hecho ‘Fuga de cerebros’, ‘Mentiras y gordas’, ‘La mula’, he trabajado con Álex de la Iglesia… Siempre me ha gustado componer. Yo no era el chaval de ‘Tres metros sobre el cielo’, porque ni iba así por la vida ni tenía siquiera carnet de moto. Me gusta fijarme en Tom Hardy, en los Bardem, en Joaquin Phoenix, en Eduard Fernández… Me gusta cómo se atreven y cómo componen. En los saltos al vacío de crear personajes y componer puedes fallar, pero aprendes. En este caso es un aprendizaje constante lo de tirarte, componer e intentar salir de la zona de confort. Es algo que le funciona a mi aprendizaje.




Tu personaje, como dices, se quiere bajar de la vida. ¿Has tenido momentos así?
No tengo nada que ver con él, pero hace años vivía en el centro de Madrid y con 27-28 años me fui al norte de Madrid, fuera de la ciudad. Hace ocho años que vivo a las afueras con dos perritas, en el campo. Me bajo de la vida al estar fuera de las aglomeraciones. Me gusta cada vez más estar con la gente alrededor contada, con mis dos amigos, mi familia y mis perras. Me gusta pasear y hacer deporte. De lo que son las grandes ciudades me he bajado, no tanto como para querer que me metan en una cárcel de alta seguridad, pero sí quiero tener más paz conmigo mismo.