¿Cómo puede una actriz a la que le da miedo gritar trabajar bajo la tutela de Álex de la Iglesia? Megan Montaner no sólo lo ha logrado, sino que repite experiencia al presentar la segunda temporada de ‘30 monedas’. ¿Serán los gritos adictivos?
Hemos seguido tan de cerca la carrera de Megan Montaner que al hablar con ella, tenemos la sensación de estar hablando con una más de la pandilla. Desde ‘El secreto de Puente Viejo’, su rostro se ha convertido en un referente de la interpretación y con la segunda temporada de ‘30 monedas’ ha vuelto a demostrar que tiene tantos registros como mililitros de sangre la serie. Tras la sesión de fotos, hablamos con ella en ese paréntesis de tranquilidad previo a abrir la puerta de casa y enfrentarse al torbellino de la maternidad sobre lo que supone trabajar con un peso pesado del cine como Álex de la Iglesia, sobre cómo es enterarse de un segundo embarazo a finales de un rodaje trepidante y sobre la necesidad de desconectar al salir del trabajo.
¡Entrevistamos a Megan Montaner! ¡No te lo pierdas!
Total look TOD’S
Look beauty TOM FORD
Fotos Manu Bermúdez
MUAH Noemí Nohales
para TOM FORD
Estilismo Antonia Payeras
Entrevista Marita Alonso
Gracias a DYP COMUNICACIÓN
Beatriz Castro
María de Hoyos
Emma Monreal
De Álex de la Iglesia has dicho que “si sigues su mismo camino y hablas su lenguaje, trabajar con él es diversión». ¿Ha habido algún momento en el que te has salido de su ruta?
La verdad es que tuve un momento así. Normalmente le entiendo, pero en algún momento de colapso, de esos en los que íbamos a mil por hora con tanta presión alrededor, me vi incapaz de entender lo que me quería explicar. Afortunadamente, fue suficiente con decírselo: me dijo exactamente lo que quería y seguimos adelante. Ya tenemos ese tipo de confianza, y eso hace que nos entendamos mejor. Esta segunda temporada ha sido más intensa que la anterior y por eso ha habido algún momento en el que he dicho “Stop! ¿Qué está pasando?”. Entonces, él te dice: “Quiero esto, esto y esto”. “¡Sí, señor!”
Querrás decir AÚN más intensa, ¿no? Porque la primera era un infarto sostenido.
Es que en la segunda temporada todo se ha llevado aún más al extremo, desde la historia hasta lo que les ocurre a ellos. Al ser más ambiciosos, lo que se genera en el rodaje lo es más, y la presión es aún mayor. Lo poco que he podido ver me ha asombrado y sorprendido, porque es más extremo. Me da la sensación de que es más violenta y de que hay más sangre, pero también hay humor. ¡Hay momentazos épicos del personaje de Paco!
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‘Entre tierras’ y ‘30 monedas’ son completamente diferentes. ¿Cómo es jugar a tener vidas y personalidades diferentes, incluso en épocas diferentes?
Lo guay de mi profesión es eso. Cada proyecto y cada personaje te da cosas variadas y puedes averiguar tus capacidades diferentes interpretativas. Poder tener esa suerte es un lujo, y yo, una vez salgo del plató, entro al coche y desconecto absolutamente. No me llevo el demonio a casa. Aunque es cierto que por más que pensamos que desconectamos, inevitablemente nos llevamos algo a cuestas sin darnos cuenta, pero intento salirme del personaje totalmente. No creo que sea bueno, en mi caso, estar todo el proyecto inmersa en el personaje fuera del rodaje. Intento despejarme para cogerlo bien fresca.
¿Y qué haces para desconectar?
Ahora mismo se trata de preparar biberones, limpiar culos, hacer papillas… Eso es lo que me hace volver a la realidad. Al salir, mis dos hijos me recuerdan que tengo una vida. Tengo dos personitas a las que cuidar. Mi desconexión no es lo que uno podría imaginar, sino que es la desconexión psicológica real.
En ‘30 monedas’ hay terror, misterio y misticismo. ¿Eres supersticiosa?
No, pero sí creo en algunas cosas e intento que no me pasen… No soy muy creyente e intento mirar al otro lado, porque me da respeto.