¿Qué te gusta más de Madrid?
Es una ciudad muy cosmopolita, muy libre, muy variada, con una gran diversidad, que parece que no descansa nunca… Me encanta esa actividad todo el tiempo. Es algo que necesito en mi día a día. Salís a la calle y se contagia esa energía.
¿Qué intérpretes o directores españoles te han influido más a lo largo de tu carrera?
Javier Bardem es un actor al que admiro mucho desde siempre. Ahora que vivo en España estoy viendo más cine español y más televisiones de aquí. Bardem es un gran referente para mí, un buen ejemplo a seguir para el tipo de carrera que quiero hacer. También admiro a muchos otros, porque creo que aquí hay un nivel muy alto, tanto de los artistas como del equipo técnico.
Dos de tus grandes papeles son personajes muy complejos, como Diosito en El marginal o el Mosca en Entre hombres. Retratan realidades muy duras. ¿Cómo es el trabajo que hay detrás de eso?
Son personajes que los abordé desde la caracterización, con una transformación física un poco extrema. Creo que era algo que a mí me iba a ayudar a lo que quería contar de ellos y, sobre todo, es muy importante entender esas realidades, quizá un poco más lejanas a las de uno o tal vez no tanto, porque uno puede recurrir a las experiencias de gente que ha conocido o lugares donde ha estado (por lo menos en mi caso, que me gusta la vida en la calle y me resulta interés). Y sin ponerme con la lupa a ver qué está bien y qué está mal de ellos, sino observándolos, porque el día de mañana quizá tenga que representarlos en algún papel. Eso he hecho a lo largo de mi vida: estar con los ojos muy abiertos justamente para absorber lo que me transmite la gente que me voy cruzando en la vida. Y luego está la imaginación que uno pueda tener, la capacidad de crear y toda una parte técnica, que eso se estudia y es de lo que uno se tiene que ocupar como actor. Eso te permite estar diez horas en un set y poder concentrarte o llegar a determinados estados de emoción. La suma de todo eso es lo que hace posible que yo pueda componer un personaje así. Pero esas son las tres cosas: tu experiencia de vida, tu parte creativa y la técnica de actuación.
Las pequeñas imperfecciones de tu rostro tienen los días contados. Exactamente el tiempo que tardes en probar LE CORRECTEUR de BOY DE CHANEL. Un acabado natural y de cobertura extrema que borra todo aquello que no quieres que se vea.
Son personajes intensos, y durante esas horas tienes que entrar y salir del personaje muchas veces. Parece difícil.
Sí, hay que tener mucha paciencia y saber administrar muy bien la energía, porque justamente tienes que entrar y salir, y no podés pasarte de energía ni concentrarte de más, porque no creo que sea tan bueno. Uno va agarrando oficio y optimizando cada momento. La clave es tomarlo como un juego, que en definitiva lo es. Y poder disfrutarlo y que sea divertido.
Tú aportas todo eso a los personajes, pero seguro que esos personajes también te han aportado algo a ti.
Sí, son personajes que muchas veces me hacen conocer cosas nuevas, gente nueva. En el caso de Diosito en El marginal, yo me he entrevistado con presos que he ido a visitar a las cárceles y he compartido almuerzos con ellos allí para charlar. Yo iba con mi libretita, anotando ideas y todo lo que me contaban. Es la historia de la vida de unas personas que me deja un aprendizaje que tiene mucho valor para mí. Me meto en las cosas que las personas piensan o sienten. No me quedo en la anécdota, como es saber qué hizo esa persona para estar en la cárcel. Eso probablemente a mí no me interesa tanto. Yo busco otra cosa, algo que puede que no estén acostumbrados a que les pregunten. Es lo que me sirve a mí para trabajar después. Siempre son cosas distintas, y lugares nuevos. Eso es algo que me motiva y me entusiasma mucho.