Hablamos en exclusiva con Óscar Casas, protagonista del próximo gran proyecto de atresplayer, ‘El gran salto’. La esperada mini serie de cinco episodios, basada en el libro autobiográfico con el mismo nombre, muestra el ascenso deportivo y el descenso al infierno del gimnasta Gervasio Deferr. Una historia de disciplina, éxito y fracaso, debilidad, adicción y superación en la que Óscar realmente da un gran salto interpretativo.
Es indudable que tanto a los medios como al público les apasionan esos proyectos en los que los intérpretes han de someterse a llamativos cambios físicos, pero en el caso del último proyecto de Óscar Casas, no hablamos únicamente de una transformación exterior, sino también psíquica. El actor da vida al laureado gimnasta artístico Gervasio Deferr en la serie ‘El gran salto’, la que sin duda es una de las grandes apuestas de Atresplayer. El gimnasta ansiaba comerse al mundo, pero fue el mundo el que comenzó a darle bocados. Afortunadamente, logró no ser devorado, y Casas se encarga de narrar su descenso a los infiernos gracias a una impecable actuación que nos lleva a hablar hoy con él de este apasionante reto.
Entrevista con Óscar Casas, el protagonista de la esperada mini serie «El gran salto»
Total look PEDRO DEL HIERRO
Fotos y realización Manu Bermúdez
MUAH Nerina Freán
Asistente estilismo Natalia Muñoz
Entrevista Marita Alonso
Gracias a atresplayer
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¿Cómo diste forma desde el plano psicológico a un personaje tan complejo?
Siempre trabajo con mi coach, Gerard Oms, que es el mejor del mundo y con el que tanto mi hermano como yo llevamos muchos años trabajando. Me ayuda mucho, sobre todo a nivel emocional, a aclarar mis ideas y conseguir separarme y entender el personaje para poder jugar gracias a esa separación de Óscar. No nos gusta para nada trabajar con emociones reales; cuando trabajas con cosas tuyas creo que ni es sano, ni ayuda. Gracias a Dios yo no he vivido, como sí lo hizo Gervi, lo que es estar siete años metido en un zulo de after y en una espiral de sexo y alcohol. Ni siquiera me he acercado a algo parecido y creo que hay que entrar desde el imaginario, desde el juego, desde el respeto y desde la empatía, pero ajeno a tus emociones. Obviamente hay momentos que se conectan y al final trabajas con tu cuerpo y con tu alma, pero ese no es el fin. Es peligroso, sobre todo en personajes tan emocionales como el de Gervi, que pasa por tantos lugares. Me quedo algún aprendizaje de los personajes que interpreto pero de sus oscuridades, nada.
Gervasio ha dicho que ver la serie le ha permitido exorcizar de nuevo el infierno que vivió después de tocar el éxito. ¿Cómo te hace sentir eso?
Es complicado de expresar en palabras. Él ha sido mi vida durante cinco ó seis meses. Sólo veía su cara y sólo quería saber qué sentía, por lo que de repente, que diga esas palabras y que en nuestras conversaciones fuera de cámara hable cómo me habla, es algo tan marciano… Lo que ocurre en esas conversaciones y el sentimiento que emerge entre ambos no se puede expresar, pero es precioso. Ha valido la pena hacer este tipo de trabajo para que quien haya pasado por esos momentos sienta cierta curación y un desdoblamiento para poder entender ciertas actitudes y verse reflejado. Como actor, nuestro fin es que alguien conecte, se entienda y se haga preguntas.
Te metiste tanto en el papel que incluso hablabas como Gervasio. ¿Has logrado salir del personaje o sigue habiendo algo de él en ti?
Sigue saliendo: es muy loco. Creo que hay algo de él que se ha quedado en mí. Pensaba que lo había soltado ya, porque suelo tardar tres semanas o un mes en soltar al personaje, y lo consigo encerrándome en mi casa con mi familia y haciendo mucho deporte. Pero en esta ocasión, pasó ese mes y yo pensé que ya había soltado al personaje. Estaba feliz con mi vida y empecé a preparar el siguiente papel, que es un tipo jovencito y muy vivo. Estaba con Mario paseando a las perras cuando me dijo: “Óscar, te quedan tres semanas para comenzar el rodaje. ¿Tú sabes que sigues hablando como Gervi? Tienes que quitártelo de encima”. Y empecé a ver vídeos y fue cuando me di cuenta de que él seguía ahí. Por eso antes de crear al siguiente personaje hice el trabajo con Gerard de desprenderme, limpiarme y volver a Óscar. Con la coach de voz imitaba mi propia voz para resetear.
Al comienzo intentaste pasar menos tiempo con Gervasio para que no intoxicara al siguiente Gervasio, pues podría decirse que siendo la misma persona, al mismo tiempo, podrían ser dos diferentes. Menos mal que fue un rodaje grabado de forma cronológica, ¿no?
Totalmente. De hecho, ese era mi temor. Cuando leí los cinco capítulos, lo hablé con la productora y con el director, Óscar. Lo normal en España es que se grabe toda de una, y me angustié al pensar que si nos poníamos a grabar todo lo que pasa en esa localización, iba a ser una locura. Ricard me dijo que estaba en la misma y que iba a intentar a toda costa que no fuera así. Quería poder grabar en dos partes, con algo de tiempo de por medio para poder hacer el cambio. Creo que ha sido el gol de la serie, tanto a nivel físico como sobre todo, emocional, haber podido parar para interpretar a Gervasio de joven hasta los 29 años y luego sumergirme en ese Gervasio mayor para poder entender bien al personaje.