Un padre atormentado con el alcohol y en una relación complicada con Ian, un chico herido al que, de un día para otro, le cambia la vida al descubrir partes de su historia. ¿Cómo has preparado este papel?
Carlos: No he trabajado con referentes externos o lejanos, sino que me he inspirado en mi propia vida. Si lo piensas, a todos nos pasa que cuando somos niños vivimos en una realidad diferente a la que existe, y a medida que te haces adulto, te vas dando cuenta de que no todo es tan bonito. Esto mismo es lo que le sucede a Ian: Se da cuenta cómo es realmente el mundo, con gente buena pero también con gente mala.
¿Y qué hay de dar vida a ese padre tan a lo “Berlanga”? Óscar Jaenada, compañero en set, comentaba durante los rodajes que él es un tipo de actor que hace suyo el personaje, sin directrices rígidas desde arriba. En tu caso, ¿lo has trabajado con Dani o has podido darle tus matices?
Pedro: Hay dos opciones a la hora de establecer una relación entre actor y director. Una son los “controlator”, que por carencias quieren tener un muñeco que responda a su voluntad. A mí ese camino no me interesa nada. Yo preparo mucho el papel, pero dejo que fragüe, estoy abierto a lo que suceda en la acción, a mis compañeros, a los accidentes… Es decir, están los que entienden que una cosa es capitanear una nave y otra que cada uno encuentre su mejor versión para que la nave pille vuelo; a mi esta opción me interesa más.
PEDRO ALONSO VISTE
Pantalón Otrura
Jersey Tommy Hilfiger
Camiseta AMERICAN VINTAGE
Zapatos New Balance
CARLOS SCHOLZ VISTE
Sobrecamisa GANT
Camiseta American Vintage
Pantalón GANT
Botas Dr. Martins
Collar Thomas Sabo
Carlos, tras la serie “Toy Boy” has hecho mucho teatro, pero este es el primer papel protagonista, y lo haces en una superproducción de Prime y con un elenco de reconocimiento internacional. ¿Qué fue lo primero que pensaste al enterarte?
Carlos: Creo que la motivación de todo actor es hacer un personaje protagonista, con un arco grande que puedas expandir y al que dar varios matices, un personaje que te permita desarrollarte. Recuerdo que el casting fue difícil, era muy largo, con muchas pruebas. Yo no sabía de qué iba la cosa. Solo supe todo lo que había detrás, y la magnitud del personaje, tras haber sido seleccionado. Siempre había querido un protagonista y llegó antes de lo que pensaba. Así que estoy muy contento y he disfrutado mucho.
¿Te ves cómodo en la acción? ¿Seguirías en este registro?
Carlos: Me encanta porque me encantan los retos, no suelo tener miedo sino ganas y motivación. Cuando me pasan estas cosas vivo en una burbuja, se me olvida todo que esta fuera del trabajo.
En pantalla sois padre e hijo con una relación un poco complicada, y fuera de ella sois todo complicidad. ¿Qué habéis aprendido el uno del otro?
Pedro: Nos hemos cuidado. La relación que ellos tienen en la historia es hiper tóxica, pero el tono de la película no pedía meterle mucho plutonio. Yo jugaba con darle toma tierra a esa relación, pero desde la comedia, por equilibrar. Hemos balanceado para que tuviera su ying y su yang. Y nos hemos cogido mucho cariño.
Carlos: Creo que he aprendido lo más importante; la humildad. Que puedes ser una persona posicionada y con papeles icónicos en nuestro país y ser humilde a la vez; ayudar a tus compañeros, hablar de tu familia, abrirte…Para mí lo más importante es poder ser un referente y a la vez ser natural, ahí está la magia.
¿Y qué es lo que os ha resultado más complicado de hacer un género como la acción y la ciencia ficción?
Carlos: Que además de una gran producción y un trabajo sobre el guion, exige mucho trabajo y preparación física, porque luchar es algo que es puramente físico. Mi papel lo requería y yo nunca en mi vida había hecho nada de eso, pero tenía que parecer un experto en artes marciales. Eso nos ha llevado a dos meses de preparación previos al rodaje y mucho trabajo mientras ya estábamos grabando. Al final, esto lleva tiempo, y cuando terminas el rodaje te das cuenta de que has estado tan implicado que la vida ha avanzado fuera.
Pedro: La acción implica diseño de producción. Además de eso, una cabeza capacitada para que todo este universo no se coma el corazón. En estos rodajes hay muchos aparatos sofisticados, mucha gente… Es fácil que el calor pueda perderse; esa cosa de que la fórmula se come la vida. Me gusta mucho el entretenimiento, es un vehículo lindo para jugar y subvertir la convención, y a mí me encanta subvertir la convención. Vengo de hacer una comedia romántica, un género que puede ser un pastel o puede no negar el dulce. En ciertos géneros es interesante darle la vuelta a las cosas y que te muevan algo. Que te muevan el corazón, el del espectador y el tuyo, y con eso soy egoísta, no se trabajar de oficio. Necesito un retorno; me di cuenta hace años de que las cosas que hago tienen que tener un retorno para mí.