El actor presenta ‘Al otro barrio’, una comedia con la que vuelve a demostrar que su versatilidad interpretativa quizás no sea de ese otro barrio, pero tampoco de este mundo.
Hay veces que la vida decide que la agenda personal y profesional estén tan repletos de exigencias, citas y momentos importantes que la palabra “conciliación” puede sonar a chiste, y aunque Quim Gutiérrez bien podría ser un buen ejemplo de ello, pues acaba de ser padre por segunda vez y su vida profesional se encuentra en una de esas fases álgidas y vívidas que a otros darían vértigo, se niega a serlo. Aunque en alguna ocasión ha dicho que conciliar trabajo y paternidad es complejo, cuando le preguntamos si a la segunda no va la vencida, huye de respuestas dramáticas. “Como me hagas descorchar ese tapón… Uy, es que vengo de un evento vinculado al cava y supongo que la metáfora me ha salido así. Una vez empiezas, todo se parece bastante. Es la misma dificultad, pero yo quiero hacer ambas cosas, por lo que mi trabajo y la paternidad están encima de la mesa. Ambas me importan muchísimo y ese es un conflicto que he escogido”, dice. Acaba de presentar en el Festival de Cine Europeo de Sevilla ‘Al otro barrio’, la última producción de Telecinco Cinema, una comedia en la que el personaje al que da vida Gutiérrez intenta engañar a Hacienda sin ningún éxito. El 5 de diciembre llega a la cartelera, y hablamos con él con motivo del estreno. Porque cuando haces pop, bien sea con patatas o con cava… No hay stop.
Entrevista con Quim Gutiérrez ¡No te lo pierdas!
Total look EMIDIO TUCCI
Fotos Manu Bermúdez
Estilismo Enol Blasco
MUAH Nerina Freán
Entrevista Marita Alonso
Gracias a A6 Cinema
Goyo Ramos
DYP COMUNICACIÓN
Has hecho tantas comedias que cuando decides hacer una, eres muy exigente. ¿Qué tenía ‘Al otro barrio’ para que dijeras que sí?
Tiene tres variables que para mí, son básicas. La primera es quién dirige el proyecto, y con Mar Olid ya había trabajado antes. Es alguien con una inmensa capacidad para crear un clima creativo favorable y para generar buen rollo, buen ambiente y buen humor, que son cosas que al final, favorecen el resultado. Luego está el guión, y este era realmente ambicioso, porque tiene muchas tramas y las mantiene a flote, algo que no es fácil. Lo complicado tiene que haber sido la labor de montaje, porque como indico, hay muchas tramas y evolucionan todas muy bien. Y por supuesto está el personaje. Andrés es un tipo que podría parecer que ya he hecho alguna vez, pues es un pusilánime encantador, pero eso me habría aburrido. En cambio, él es además un jeta, y los jetas, en la comedia, son muy divertidos. Además, es un vendedor y eso me permite una verborrea desquiciada, y al contar con una directora como Mar, que puede desgranar bien lo que tenga sentido de lo que digo, hemos podido obtener cosas buenas. Es un tipo histriónico que tiene una forma peculiar de hablar; su lenguaje está basado en una amalgama de trozos de personas que se dedican a la venta al público y eso ha sido divertido.
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Porque todos conocemos a alguien un poquito Andrés…
Es alguien reconocible, sin duda. Siempre tiene además una excusa buena y si se equivoca, va a intentar salir airoso. Tiene un optimismo a prueba de bombas y eso le obliga a hacer un viaje diferente al resto. Mientras que el viaje de los demás está relacionado con la aceptación de la nueva situación y con intentar adaptarse al barrio, él no está preocupado por el choque social, racial ni económico. A él no le interesa mucho si la gente sabe buscarse la vida, porque es algo que le da igual. Su viaje está relacionado con asumir el error. El pufo de Hacienda inicial da el pistoletazo de salida a una crisis relacionada con una crisis de principios.
Siempre tengo la sensación de que al menos en los premios se menosprecia a la comedia. ¿Qué nos pasa con la comedia?
No sólo no lo sé, sino que me preocupa poco, porque hace tiempo que lo entendí. Yo me esmero igual en el drama y en la comedia, independientemente de si una tiene más puntos que otra para ser premiada. A todos nos importa que funcione bien lo que hacemos, pero empiezo a ser anciano en esto y buscas tu fórmula para conseguir seguridad y evolucionar tanto por ti como por esas cuatro personas de tu círculo cercano que te importan y te dicen la verdad. Yo me evalúo bien: soy exigente y sé que hago lo máximo que puedo. Lo que venga después será fantástico, pero no espero mucho de ese después. Yo vendo cada proyecto a tope, pero me preocupo poco de lo que pasará después del día del estreno.