Ha pasado la friolera de 20 años (¡veinte!) desde que lo vimos por primera vez en Un paso adelante. Obviamente él no era el mismo que ahora. Y España tampoco. El actor Alfonso Bassave (Madrid, 1979) tiene una de las trayectorias más brillantes del panorama nacional y, por si fuera poco, domina a la perfección los asuntos de los que más se habla en la actualidad. Lo hace de una manera natural, aportando una dosis de experiencia personal que hace su discurso todavía más interesante, y saltando de un tema candente a otro sin pestañear. ¿Nos acompañas en este paseo por Madrid con Alfonso Bassave y perfumes LOEWE?
Su proyecto más inminente es Sin ti no puedo, una película dirigida por Chus Gutiérrez basada en una idea original de Frank Ariza, quien firma el guion junto a la ganadora del Goya por Te doy mis ojos, Alicia Luna. Aquí, Alfonso Bassave interpreta a Álex, un atractivo entrenador personal cuya pareja es David (Mauricio Ochmann) y cuya vida se ve alterada cuando aparece Blanca (Maite Perroni), la hermana de David. Un terrible suceso del pasado vuelve a cobrar importancia en el presente, en un thriller lleno de emoción y sensualidad ambientado en el Madrid tórrido de los meses de julio y agosto. Hablamos con Alfonso Bassave sobre la película, su personaje, la nueva masculinidad o la salud mental, entre otros temas. Y porque no tuvimos más tiempo, que si no…
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Fotos Manu Bermúdez
Estilismo Gone Abad
Asistente estilismo Paula Peña
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Entrevista Julio César Ortega
Gracias a Javier Sánchez Medina
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Marta Gómez, A6 Cinema
Muy pronto podremos verte en la película Sin ti no puedo. ¿Qué nos puedes adelantar de ella?
Es una película dirigida por Chus Gutiérrez, una de las míticas directoras de cine español. Somos un triángulo: Maite Perroni, Mauricio Ochmann y yo. También están Pedro Casablanc, Elena Irureta, Rubén Ochandiano… Básicamente podría describirse como un melothriller [se ríe]. Es una historia ambientada en un verano en Madrid. Está muy presente el calor, casi como un personaje más, ayudando a la densidad y sensualidad de este thriller.
¿Y cómo es tu personaje en esta historia?
Los personajes de Mauricio y Maite son hermanos, y hay toda una historia del pasado que viene a revivirse y a saldar cuentas en el presente. Mi personaje es Álex, la pareja del de Mauricio, y soy un poco el vértice entre los dos, la víctima de sus tejemanejes y su historia familiar. No puedo contar mucho más.
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La película se llama Sin ti no puedo. Tú personalmente ¿a qué le dices eso? ¿Sin qué no puedes vivir?
Yo desde siempre tengo claro mi orden de prioridades: lo primero son los afectos, mi familia, mi pareja, mis amigos… Sin ellos no puedo. Necesito mucho tiempo de calidad con mi gente. Durante la pandemia, una de las cosas más duras para mí fue no poder compartir. En segundo lugar está la naturaleza. Me encanta ir al campo, al mar, disfrutar de los animales, los árboles… Si un fin de semana no puedo irme de Madrid, al siguiente tengo que coger el coche y escapar, si no me asfixio. Y luego está la cultura: la ficción, la literatura, el arte en general y la música, que para mí es fundamental. Voy con los cascos a todas partes y le pongo banda sonora a todo. La vida sin música es mucho más gris. La música puede influir fácilmente en tu estado de ánimo, para bien o para mal, y a mí me ayuda mucho. También como actor. Si tengo una escena especialmente dramática hay temas que a mí me ponen en estados emocionales rápidamente. Esos serían mis ‘sin ti no puedo’.
O sea, que utilizas la música para meterte en tus personajes.
Sí. Creo que es importante, antes de empezar a rodar, hacer un trabajo previo de preparación, investigación, etc. Si por ejemplo es un personaje histórico, leer sobre él y su época… Y buscar referentes en el cine, en la literatura. Ya está todo inventado. Yo soy muy de observar e inspirarme. En Sin ti no puedo, gran parte de la atmósfera de verano y de sensualidad recae sobre mi personaje. Algunas de las películas que me vi fueron La piscina (Jacques Deray, 1969) o su remake, que también es un poco thriller veraniego. Y la música me pone en la atmósfera.
¿Qué te apetece hacer en este momento de tu carrera?
Me apetece hacer buen teatro. Mi historia con el teatro es la de un desencuentro, porque cuando he tenido tiempo no me han llegado historias que me interesasen, y cuando me han llegado cosas que me interesaban no he podido compatibilizarlo con lo que estaba rodando en ese momento. Eso es algo que tengo pendiente. Y en ficción hago muchas pruebas para el mundo anglosajón. Y aunque ya he rodado allí, tengo ganas de más. Cuando ruedas en otro idioma (he rodado en inglés e italiano) te pone en un sitio muy diferente. A mí me ayuda a jugar todavía más. Al no ser mi idioma me distancio más de mí mismo.
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Notas de jazmín, nerolí, jengibre y absoluto de cacao. El cielo sobre la Plaza de Oriente, una de las fragancias de la colección Un paseo por Madrid de LOEWE, nos propone un viaje olfativo entre lo onírico y lo real inspirado en la belleza de las vistas del Palacio Real desde sus jardines.
Sin ti no puedo está dirigida por una mujer. Ha habido muchos avances en ese sentido. En alguna ocasión has dicho que los hombres nos estamos quedando un poco atrasados. ¿Qué opinas de los pasos que se están dando en el cine?
Por suerte, desde que dije eso a lo que te refieres ha habido muchos avances. Cada vez hay más referentes, información y cultura con respecto a la masculinidad, la feminidad, lo neutro, lo no binario, lo queer… Se están dando pasos de gigante. La juventud tiene unos paradigmas totalmente distintos a los nuestros. A veces incluso me siento antiguo, cuando hace 10 años, por diversas circunstancias, pensaba que yo era de lo más moderno [se ríe]. Ante eso, mi actitud ahora mismo es de humildad y de curiosidad. Veo todo lo que me queda por aprender, a mí como individuo y a la sociedad. Todo lo que se está contando en ficción, en literatura, en redes sociales… Me parece fascinante. Como actor, para mí es muy interesante la exploración: sobre mí mismo, sobre el ser humano y sobre el mundo, y hay tanto todavía por aprender y modificar. Es una responsabilidad individual y colectiva si queremos una sociedad más libre y diversa. Por ejemplo, lo hemos visto en cómo iban vestidos algunos actores en los últimos Goya, de una manera que hace cinco años hubiera sido impensable. Eso genera un debate. Los que rompen la lanza son los que se llevan las hostias, y los que vamos dos pasos por detrás somos los que recogemos los frutos de esos que se han dado las hostias. Por lo tanto, a ellos les tenemos que agradecer un montón. Siempre ha sido así a nivel social. Por eso estoy intentando trabajar la humildad, escuchar y respetar que hay discursos que no entiendo o incluso no comparto, pero que hacen este mundo más diverso e interesante.