Crear una feria de arte de la nada no debe ser nada fácil. Y mucho menos si, además, lo haces desde fuera del sector y con artistas por los que las galerías y las grandes ferias nacionales no apuestan.
Con este handicap convertido en oportunidad nació Urvanity Art hace ya cuatro años de la mano de Sergio Sancho. Y no les va nada mal. Grandes artistas y cada vez más coleccionistas se acercan cada año a esta feria disruptiva en la que la que el arte es accesible a un público mucho más amplio presentando obras de gran potencia y valor artístico para todos los bolsillos.
¿Quieres conocer mejor Urvanity? No te pierdas esta conversación con Sergio Sancho, el director y fundador de la feria de arte más cool del panorama nacional.
Estarás un poco liado con el inicio de la feria…
Estas fechas para nosotros, pero ya el último mes, es un caos. Todos los programas de arte, las galerías que empiezan a pedir cosas, recibir obras de todos los países…
Bueno, ya me has dicho suficiente para estresarme. Yo pensaba que estaba ocupado pero veo que no…
Cuando llega la inauguración te desinflas. El último mes es duro.
Pero supongo que compensa porque lleváis cuatro ediciones.
Pues si, es una satisfacción. Sobre todo montar un proyect de la nada y verlo crecer. Poco a poco va cogiendo nombre y eso mola. Y más cuando la gente te dice que le ha gustado. Eso es un subidón. Aunque siempre hay que mejorar coas, tratamos de que cada año la propuesta sea lo más redonda posible.
Banksy en Urvanity Art
Cuéntame cómo empezó este proyecto.
Yo venía del mundo de la publicidad y había estado ligado al tema del patrocinio de eventos culturales, así que algo de experiencia tenía. Además en nuestra agencia trabajábamos con lo que ahora se conoce como coworking. Había diseñadores, arquitectos, retocador de fotografía, un escultor… Gente muy interesante. El espacio común era una galería de arte. Hasta ese momento no había tenido interés por este mundo pero hubo una exposición de Julio Falagán y me enamoré de un cuadro. Compré arte por primera vez y a partir de ahí me entró el gusanillo y empecé a investigar. Me dí cuenta de que el tipo de arte que me gustaba era difícil de encontrar en España. No había galerías ni representantes que llevaran a los artistas que me gustaban pero, al viajar, si que lo encontraba en ferias. De esto hace quince años. Y así surgió, de las ganas de montar algo diferente en la que encontrar obras de artistas que no entran en el circuito estándar.
No debe ser fácil montar una feria de arte fuera de la esfera del sector diciendo: “Os falta algo, vengo a llenar este hueco.”
¿Sabes lo que pasa? Que al no venir del mundo del arte, he montado el proyecto pensando en cómo debía hacerlo según mi criterio pero nunca pensando en cómo iba a ser recibido por la industria del arte. Si me hubiese acercado al mundo del arte quizá habría tenido más facilidades para algunas cosas pero que también me habría coartado en otros aspectos… Cuando estás dentro vas viendo como funciona el sector pero intento no acercarme mucho. De hecho, si quieres hacer algo diferencial tienes que salirte de lo establecido para poder hacer algo distinto.
Obra de GVIIIE en Urvanity Art
Ser el diferente es difícil a veces…
Si, es difícil. Pero cuando eres pequeño eres más líquido y es más fácil ser diferencial. Yo siempre lo explico con una lancha y un transatlántico. La lancha tiene sus claras desventajas frente a un barco tan enorme pero, desde luego, tiene más facilidad para girar y esquivar obstáculos o cambiar de rumbo.
Somos una feria pequeña, por consolidar, y estamos haciendo cosas distintas a lo que se estaba haciendo y la gente lo está viendo y apreciando.
¿Cómo es el comprador que va a Urvanity?
Yo los llamo coleccionistas. Y puedo decir que hay dos tipos muy diferenciados. Primero tenemos a un público más joven, con referencias del cómic, del pop, de lo digital… Una generación que ha tenido impactos visuales muy distintos que le hacen sentirse más cercano al arte urbano. Y los coleccionistas más consagrados y adultos, acostumbrados a arte más clásico, se están viendo movidos por esta nueva corriente y cuando vienen se sorprenden. Y eso es muy interesante porque es un público con el ojo muy afinado. Cuando ven algo interesante y con potencia lo distinguen rápido y no dudan.
De lo que más orgulloso me siento es de poder decir que estamos creando una nueva cantera de coleccionistas de arte. Cada vez más jóvenes y que compran en función de sus posibilidades económicas. Ellos son los futuros grandes coleccionistas.
Horacio Quiroz en Urvanity Art
¿El arte urbano es una buena inversión?
Yo creo que hay que comprar arte que emocione. Una pieza que te haga sentir cosas y que te aporte emociones positivas en tu día a día. Luego hay gente que compra con el objetivo de especular. Pero eso es otra forma de comprar arte. Lo que sí que está claro es que hay artistas urbanos cuyas obras tienen más valor según va avanzando su carrera. Van cogiendo nombre, peso y, claro está, valor económico. Las piezas se revalorizan en el mercado.
El mes pasado hubo una obra muy polémica en Art Basel Miami que salió en todos los medios. Un plátano pegado con cinta adhesiva en la pared con un valor de 120,000 dólares. ¿Cómo se educa a la gente para que valore este tipo de arte y no lo considere una tomadura de pelo?
Hablamos de arte conceptual. Y este tipo de arte está muy lejos de la gente de la calle. Es como todo. Como en la lectura, la música,.. Hay que ir entrando por modelos de arte más accesibles, menos sesudos. Ir teniendo una evolución. Para mí, el tema del plátano o el famoso vaso de agua de ARCO, genera una desconexión con la gente que no está cerca del circuito del arte. Por eso nosotros apostamos por algo más cercano, comprensible. Trabajamos con un tipo de artistas que están más cerca de la cultura popular precisamente por sus orígenes callejeros.
Obra de ZEST. Uno de los artistas presentes en URVANITY ART
De hecho este tipo de arte hace que mucha gente que aleje del arte. Lo llegan a considerar una tomadura de pelo…
Claro. Evidentemente si no entiendes nada no conectas. Y si no conectas no hay nada que hacer. Hay que democratizar más el arte. Ser más accesibles y fáciles para llegar a más público y crear una base cultural.
Hoy en día, con la situación socio económica en la que nos encontramos en España ¿es fácil para un artista vivir del arte?
Es un sector complejo porque en España no ha habido una cultura de coleccionismo. Incluso a nivel impositivo. Tenemos un 21 por ciento de IVa frente a otros países como Francia que tienen tipos impositivos mucho más laxos. Pero hay muchos artistas nacionales que están vendiendo mucho fuera.
Lo que si creo, a lo mejor soy muy optimista, es que es un sector en alza. Va creciendo el número de coleccionistas y hay más gente que se acerca y se interesa por este sector.
También hay más movimiento en la semana del arte y cada vez hay más marcas que hacen colaboraciones con artistas… Se va consolidando. Poco a poco, pero lo hace.