¿Con ocho años y un perro?
Sí, mi perro lo dejé fuera, de eso me acuerdo. Pero sí, pude entrar y ahí es donde conocí a Fele y a Gael García Bernal. También estaba Pedro, pero estaba a mil cosas. Con él había hablado durante el rodaje, le explicaba personalmente a los padres lo que íbamos a hacer ese día y fue siempre de un trato muy cercano. Tengo muy buen recuerdo de ese rodaje. Aunque, eso es muy importante, salgo dos segundos, mucho esfuerzo pero luego salgo poquísimo. Pero bueno, fue mi primera vez. Yo le hice una especie de libro montaje con pegatinas y fotos suyas, creo que en una estaba besando el Oscar y demás. Le hizo gracia cómo lo puse todo, porque tenía una libreta de autógrafos en esa época, y me firmó un autógrafo donde puso: ‘Para Pol, un abrazo y que hagas muchas pelis’.
¿A ese casting llegaste más por ti o por tu madre? ¿Quién tenía más ganas de que el niño fuera artista?
Yo, totalmente. Mi madre es maestra, no tiene nada que ver con eso. Y luego me ha apoyado mucho pero creo que me hubiera apoyado si hubiera decidido hacer cualquier cosa. Le hacía gracia que hiciera teatro como le podría haber hecho gracia que hiciera karate si me hubiera gustado eso. Creo que nos ha apoyado mucho pero nunca nos ha intentado inculcar, hacer una cosa u otra. Mi hermana estudia Turismo, nada que ver, ni nadie de mi familia se dedica a esto.
¿Alguna vez te has visto un poco viejoven?
Sí, me considero un poco viejoven, la verdad. Creo que me estoy volviendo un poco más joven a medida que pasan los años porque nací un poco viejo: me gustaba mucho leer, era un poco friki, y creo que con la edad estoy haciendo más cosas, para mi suerte.
¿Estás haciendo con 25 lo que tendrías que haber hecho con 16?
No, tampoco eso, nunca he sido muy fiestero y hay cosas que no van con mi personalidad y eso lo he respetado, pero ahora me tomo las cosas un poco menos en serio, ¿sabes? No sé, siento que durante mucho tiempo he tenido una exigencia muy grande y ahora vivo las cosas de otra manera. Estoy haciendo lo que más me gusta, entonces, trato de disfrutar mucho también del proceso.
Digamos que estás rebajando tu nivel de intensidad.
Podría decirse que sí, en algunas cosas… Trato de vivirlo con menos exigencia y dejándome guiar más por el instinto en lugar de ‘tengo que hacer esto o tengo que hacer lo otro’. Creo que me han pasado cosas muy buenas, y yo siempre he querido hacer esto desde niño. Entonces, qué menos que vivirlo con toda la intensidad del mundo pero disfrutando también del proceso y de las cosas bonitas que me pasan.
¿Para qué te sirven las redes sociales?
Pues para perder mucho el tiempo. Creo que están bastante sobrevaloradas. Me sirven para mantener el contacto con gente a la que quiero y para conocer a otra gente, pero creo que están muy sobrevaloradas y que pierdo demasiado tiempo en ellas. Si dedicara el tiempo que dedico a las redes sociales a otras cosas sería bastante más productivo, seguro.
No sé si te pasa como a alguna gente, que a partir de que sus trabajos se viesen en Netflix las redes sociales se convirtieron en un vehículo para que cualquier tipo de ser humano del planeta te hiciera propuestas de todo tipo.
Sí, me han llegado muchas ofertas sexuales, constantemente. Pero no contesto a este tipo de mensajes. Me parece que es un poco, no sé cómo decirte… a veces me parece invasivo. Me río de ello, no me lo tomo muy en serio, pero también alucino un poco, la gente tiene como muy poca vergüenza cuando sabe que nadie está mirando. Y eso es lo que he descubierto. Pero vamos, por cada mensaje que me pueda sorprender o algún mensaje con mala leche hay 30 mensajes buenos o un mensaje de alguien que acaba de descubrir una peli que has hecho y tampoco me acabo de acostumbrar a eso, pero me gusta y me hace feliz.
¿Te ha gustado la entrevista? ¡Pues tenemos más con algunos amigos que te van a encantar! No te pierdas la que hicimos a Jaime Lorente ¡Las fotos son una pasada!
