No has parado de enlazar proyectos y sé que hace poco te planteaste que quizás había llegado el momento de parar un poco y hablar con tu equipo y con tu manager para ver por dónde tirar… ¿Lo has hecho?
Es que me da pudor cuando escucho esto, porque parece que no tengas derecho a poder coger perspectiva… Me parece hasta vanidoso poder decir algo así, porque me veo en una situación de privilegio que hasta me puede incomodar. Dicho lo cual, realmente siempre he pretendido poder volcarme en proyectos que por supuesto sintiera que me apetece hacer y en los que quería desarrollar un personaje y contar una historia. Cuando haces varios rodajes en un periodo relativamente corto, entras en una vorágine de proyectos que hace que parezca que no te puedas quejar. Sin embargo, siento a veces la necesidad de poder parar un poco, ver las cosas desde otro punto y ver hacia dónde quiero ir… Pero ojo: no me llegan diez guiones cada mes que elijo cual rey desde su trono. ¡Mi vida no es así! No me sobra el trabajo.
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El otro día Ernesto Alterio dijo que sus padres todavía le recomiendan a su hermana y a él que se compren un taxi por si dejan de recibir ofertas de trabajo… ¿Te da miedo que no suene el teléfono?
Absolutamente. Está esa sensación de “este chico es imparable”, pero es un poco mentiroso ese diagnóstico, porque si lo pienso fríamente, he estado cuatro meses y medio rodando ‘Hasta el cielo’ y no he tenido más ofertas de trabajo. De forma azarosa se han dado las circunstancias para que haya cogido un proyecto al terminar otro, pero ha sido circunstancial, no porque cada día me suene el teléfono. Desde que he terminado la serie he rodado una película en noviembre y ahora quiero hacer promo y no tener prisa. Quiero desterrar el falso mito, de que nunca me falta trabajo, porque es verdad y mentira a partes iguales. Pero esta es la vida del actor. Nunca he ido de víctima: es el devenir de mi profesión.