La sorpresa fue que, al abrir Instagram y buscarle, me di cuenta de que tenía un mensaje de Omar de hacía dos años. Me decía que le gustaba mucho mi música y que le encantaría hacer una colaboración conmigo. También me mandaba una foto de un dibujo de su hijo. Wow, eso fue el destino. Yo lo busco y veo que dos años atrás ya me estaba buscando a mí. Lo llamé y me encontré a un ser humano brother… Brutal. El nombre de su barrio le pertenece. Es un pan bendito. Un tipo con una humildad y con una sencillez que me encantó.

Y le propuse la canción, se la envié y cuando me mandó lo que había hecho me gustó. Sobre todo por como empieza esa parte diciendo «Baby te quiero y yo sé, que ese cabrón te hizo llorar otra vez». Lo he dicho muchas veces. Muchas veces porque hay mucho cabrón en esta industria. Es una industria completamente dura para la mujer y he tenido que decir «ese cabrón» muchas veces.

¿A qué te refieres? ¿Cuándo lo has tenido que decir?

A todo. Empezando por esta industria. Todavía estoy esperando a que haya una presidenta de una compañía que sea mujer, todos son hombres. Y también cuando Bea llegaba a esas reuniones para sus composiciones y siempre estaba el tonto de turno que se intentaba pasar ¿Entiendes? Joder. Me pasó muchas veces decir «Este hijo de puta. Si lo cojo y lo reviento». O mujeres que llegan a su casa y le dicen a su marido que su jefe otra vez se pasó. Esa frase la he tenido que decir yo y mucha gente. En España también he visto muchos problemas con el tema del maltrato. Cuántos padres no habrán dicho a su hija «¿Ese cabrón te volvió a hacer daño?».


Cuando Bea (Beatriz Luengo) llegaba a esas reuniones para sus composiciones siempre estaba el tonto de turno que se intentaba pasar ¿Entiendes? Joder. Me pasó muchas veces decir «Este hijo de puta. Si lo cojo y lo reviento».


En muchos sectores sucede, cierto. Y supongo que en la música, con todo lo que implica, quizá sea más evidente.

Si te cuento historias de la industria flipas. Sobre todo con las mujeres. Es muy duro.

En el tema usáis como base la canción Soy rebelde de Jeannete ¿Quién la escogió?

Esto es un guiño, se usa mucho en el movimiento urbano. Una de las canciones más populares de Orishas, 537 Cuba, viene de una melodía de Compay Segundo. Toda la vida mi música se ha enriquecido con pedacitos de canciones, de cambiar el sentido a una canción armando otra. En este caso Bea estaba tarareando esa canción al piano, componiendo temas nuevos, y de repente le dije «Para ahí. Esa es la primera canción de mi disco». Yo y ella somos un equipo. A veces una idea mía se la queda ella porque le encanta y viceversa. Y después, como equipo, desarrollamos el tema. Así arrancó Rebelde.

¿Entonces el objetivo es sacar un disco completo? ¿Rebelde es un aperitivo?

Así es. Es un aperitivo de lo que viene. Hay intención de hacer un disco. Todavía no tengo las canciones pero sí.

¿Un disco tuyo en solitario o basado en colaboraciones?

Mío en solitario pero con mis invitados. Quiero nutrirme de gente nueva, con los que conecto y sentimos admiración mutua. El disco se llama Renacer. Estoy muy ilusionado con esto brother. Como cuando empecé con Orishas (risas).


Estoy preparando mi primer disco en solitario. Se llamará «Renacer».


Pues mantener esa misma ilusión con 44 años ya es bastante. No todo el mundo puede decirlo.

¡Si papi! Ayer me preguntaban por un miedo y les dije «Perder la ilusión». Eso es terrible. Me da miedo que llegue ese momento. Mi ilusión es crecer, siento que Yotuel no está donde a mí me gustaría que estuviera. Estoy muy contento de toda la gente que está colaborando y de cómo están pasando las cosas. Para mí es un debut, aunque venga respaldado por años de experiencia. Pero es mi mochila, solo mía. Ya no soy un equipo. Eres el portero, delantero, defensa…

Me decías antes que habéis creado vuestro propio sello discográfico. Con lo cual entiendo que manejáis todo, no solo la creación y composición.

Eso es importante decirlo. Bea y yo, a parte de tener una relación bella a nivel personal, cuando nos metemos en la oficina somos presidenta y presidente (risas). La pelea es dura porque es tu mujer y tienes que saber separar la cal de la arena. Y encima, cuando sales de la oficina, cerrar la puerta y dejar eso ahí para llegar a casa y ser familia. Comentar el día y decirme ella «¿Qué tal tu jefa? ¿Un poco toca pelotas?» (risas). Es super lindo brother. Esto es una experiencia única que estamos viviendo y que queremos transmitir a nuestros hijos. América te cambia la forma de pensar y Bea y yo somos muy americanos en eso. Quiero que mis hijos puedan tener una relación de hermanos y, si quieren trabajar juntos, que tengan el ejemplo de lo que pasó en casa. Que vean que papá y mamá han sabido separar el trabajo de la casa, porque es importantísimo.

Tiene que ser, a momentos, muy difícil ¿No?

Chico, sí pero ¿sabes? hay un punto primordial que es la admiración. Si tú admiras a la persona con la que compartes y sabes que tiene un valor importante todo fluye genial. Porque la crítica siempre vas a entender que tiene un punto constructivo. Y como la admiras, confías en lo que dice. Puedes opinar distinto pero eso te suma, te enriquece. No hay nada insano. No solo hay que confiar, hay que admirar a la otra persona y nosotros lo hacemos. Y mucho.

¿Y cómo de fácil os resulta llevar la parte creativa y la parte de business? Porque intuyo que un gran porcentaje de vuestro trabajo ahora mismo esté más relacionado con números, facturas y resultados, que con instrumentos y creación.

Para crecer en este negocio, y eso lo aprendí en América, hay que ser buen negociante. Estamos en una profesión llamada show business. Mira el tamaño de la palabra show y el tamaño de la palabra business. Ahí lo tienes. (Risas). Ya por proporción te das cuenta de que una es más importante que la otra. Las dos tienen que convivir pero una es mayor. Conozco muchos artistas con poco show pero muy buen business y lo están rompiendo. Y otros con mucho show y poco business a los que les cuesta salir adelante. Hay que buscar un balance, aprender el negocio.


Conozco muchos artistas con poco show pero muy buen business y lo están rompiendo. Y otros con mucho show y poco business a los que les cuesta salir adelante.


Nosotros cuando nos fuimos de España en 2009 llegamos a Miami y en esos diez años que hemos estado aprendimos mucho. Personalmente formé parte del brazo ejecutor de Sony armando discos como el de Ricky Martin, Chayanne, Diego Torres, Ozuna… Empecé a entender el negocio, fue una clase magistral. Abrimos nuestra propia compañía con todo eso aprendido y el primer artista que firmamos fue Orishas. Ya arrancamos de ensueño. Y ahora firmamos a Yotuel.

¿Cómo es ser ejecutivo de uno mismo?

A veces es difícil separarte como empresario y como artista, si. Surgen dudas de cómo hacerlo, Pero tengo referentes muy grandes como Kanye West, Eminem… Raperos que entendieron el show business y crearon sus propias compañías y firmaron a otros artistas y a sí mismos. ¿Quién mejor para manejar y cuidar tu propio entorno? Uno arriesga mucho en una compañía propia pero, si ganas, lo haces cien veces más que funcionando para otros. Ya nos sabemos todas las trampas que hacen, las inversiones que te prometen… Es mejor pedir un crédito al banco y lanzarte tú que firmar con una compañía.

Sigue leyendo la entrevista con Yotuel Romero en la página 3